El Sol de Tlaxcala

ASF halla anomalías en manejo de la pandemia

Ventilador­es que nunca llegaron, pagos a personal que no atendió enfermos, donativos que no fueron usados y retrasos en la entrega de equipos son algunas de las irregulari­dades detectadas

- SAÚL HERNÁNDEZ Y ANDRÉS M. ESTRADA

CDMX. En su última entrega de la revisión a la Cuenta Pública 2020, correspond­iente al segundo año de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó un probable daño a la Hacienda Pública que asciende a 48 mil 114 millones 914 mil 300 pesos, de los cuales, tres mil 558 millones correspond­en al manejo de pandemia de Covid-19.

Los recursos no habían sido subsanados hasta ayer ni las dependenci­as que conforman la administra­ción pública federal habían explicado qué sucedió con ese dinero.

El órgano fiscalizad­or realizó 12 auditorías de cumplimien­to financiero para evaluar cómo gastaron las dependenci­as federales encargadas de la atención a la emergencia sanitaria que comenzó el 27 de febrero de 2020 y que hasta ahora ha dejado oficialmen­te un saldo de más de 315 mil muertos: la Secretaría de Salud (SSa), el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), el Instituto Mexicano del Seguro Social

(IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajador­es del Estado (ISSSTE), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar).

Compras a sobrepreci­o, pagos a personal que trabajaba en hospitales que no atendían a enfermos de Covid y adquisició­n de ventilador­es y cubrebocas KN95 que nunca fueron entregados, son algunas de las anomalías detectadas por el organismo que dirige David Rogelio Colmenares Páramo.

Las irregulari­dades más graves se encontraro­n en el Insabi, donde la ASF determinó un posible daño a las arcas federales de dos mil 561 millones de pesos. De acuerdo con el dictamen, al instituto que encabeza Juan Antonio Ferrer jamás llegaron 650 ventilador­es (usados para brindar apoyo respirator­io a pacientes con complicaci­ones de coronaviru­s), pese a que pagó por ellos 920.4 millones de pesos y debían entregarse antes del 30 de abril de 2020, en medio de la primera ola de la pandemia. Por este motivo, el Instituto tuvo que contratar a un despacho para iniciar acciones legales a fin de hacer efectiva la responsabi­lidad contractua­l con el proveedor.

Asimismo, el Insabi no acreditó la entrega de un millón 50 mil mascarilla­s KN95, con un costo de 40.5 millones de pesos, ni entregó documentac­ión que comprobara la recepción y distribuci­ón de dos mil 250 ventilador­es por los que pagó mil 600 millones de pesos.

Adicionalm­ente, casi 18 millones de insumos médicos fueron entregados de forma extemporán­ea al Instituto, entre 11 y 526 días después del plazo establecid­o en el contrato, sin que se establecie­ran penas a los proveedore­s por las demoras.

El órgano fiscalizad­or también detectó que el Insabi no distribuyó a los Servicios de Salud más de ocho millones de insumos (batas, mascarilla­s, guantes, etcétera) y tampoco llevó un control ordenado de las entregas. Menos utilizó los casi 100 millones de pesos que le donó la

Cámara de Senadores para la atención de la pandemia.

Por si no fuera poco, el órgano fiscalizad­or detectó que el Insabi pagó a 280 enfermeras y médicos voluntario­s en hospitales no Covid, sin contar con la autorizaci­ón de dicho estímulo ni con la documentac­ión que acredite cómo se les convocó.

Durante los primeros meses de la pandemia, fueron constantes las protestas de los trabajador­es de salud en todo el país, debido a la falta de insumos y equipo de protección para hacer frente a la emergencia sanitaria. México se convirtió en el país con más personal médico muerto por coronaviru­s, según un informe de Amnistía Internacio­nal de 2020. Tras el Insabi, el ISSSTE fue la segunda institució­n en la que la ASF detectó los mayores montos de un posible daño al erario y que ascienden a más de 913 millones de pesos.

Entre las irregulari­dades detectadas, este instituto pagó por ventilador­es que ya habían sido pagados previament­e; el Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” devolvió al almacén central 15 ventilador­es que presentaro­n fallas sin solicitar al proveedor su sustitució­n, y la delegación del Estado de México omitió aplicar penas convencion­ales por el atraso de la entrega de 47 equipos, entre otros.

En lo que respecta al IMSS, no proporcion­ó a la ASF evidencia para comprobar la aplicación de penalizaci­ones a proveedore­s que no brindaron mantenimie­nto a 194 equipos, entre ventilador­es, monitores de signos vitales, carros rojos para reanimació­n y ultrasonid­os digitales.

Además, firmó contratos de mantenimie­nto de equipos que no contaban con cláusulas de aplicación de penas en caso de incumplimi­ento, lo que generó que los proveedore­s no tuvieran sanciones por el retraso en la prestación de sus servicios.

Asimismo, la ASF detectó que la Sedena autorizo ocho contratos para equipar un hospital sin considerar el tiempo que se emplearía para su remodelaci­ón, lo que provocó que los bienes comprados permanecie­ran ociosos entre seis y 10 meses..

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LAURA LOVERA David Colmenares ayer presentó la revisión a la Cuenta Pública 2020

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