El Sol de Tlaxcala

Urgen medidas para evitar falta de agua

Los pozos están a punto de colapsar, fugas e instalacio­nes obsoletas a diario son reparadas

- TOMÁS BAÑOS

Para que no exista desabasto de agua durante los próximos años, la población está obligada a reducir el riego en tierras agrícolas y jardines, reparar fugas, racionarla en el uso doméstico y captar la pluvial para la producción de alimentos.

Tlaxcala se prepara para uno de los veranos más fuertes, otra sequía que se arrastra desde 2017. Las temperatur­as van en aumento y los especialis­tas confirman bajos niveles de agua subterráne­a, lo que se traduce en agotamient­o del vital líquido en los pozos.

Tlaxcala acaba de salir de una sequía prolongada, las represas agotaron sus reservas naturales, la fauna y flora del lugar se extinguió, casi en su totalidad. Sólo se salvaron algunos mamíferos y aves.

La presa San José, ubicada en Atlangatep­ec -la más grande del territorio estatal-, redujo al 52 % sus niveles. En un hecho histórico, en los últimos 15 años perdió buena parte del espejo de agua, ahora -con las lluvias del pasado temporal- recuperó su nivel.

"Ya no es extraer agua de las profundida­des, una solución para la disponibil­idad del vital líquido, sino recuperar, regenerar y reutilizar el agua de manantiale­s y de precipitac­ión pluvial, son sacrificio­s que se pueden lograr”, dice Carlos Hernández Castillo, director de la Comisión de Agua Potable y Alcantaril­lado de Apizaco (Capama). Señala que los organismos operadores enfrentan cartera vencida, estimada en millones de pesos, de los dos últimos años, a causa de la pandemia del coronaviru­s; hay adeudos y las familias se roban el agua.

Para que no exista desabasto de agua durante los próximos años, la población está obligada a reducir el riego en tierras agrícolas y jardines, reparar fugas, racionarla en el uso doméstico y captar la pluvial para la producción de alimentos.

Tlaxcala se prepara para uno de los veranos más fuertes, otra sequía que se arrastra desde 2017. Las temperatur­as van en aumento y los especialis­tas confirman bajos niveles de agua subterráne­a, lo que se traduce en agotamient­o del vital líquido en los pozos. Tlaxcala acaba de salir de una sequía prolongada, las represas agotaron sus reservas naturales, la fauna y flora del lugar se extinguió, casi en su totalidad. Solo se salvaron algunos mamíferos y aves.

La presa San José, ubicada en Atlangatep­ec -la más grande del territorio estatal-, redujo al 52 % sus niveles. En un hecho histórico, en los últimos 15 años perdió buena parte del espejo de agua, ahora -con las lluvias del pasado temporal- recuperó su nivel.

“Ya no es extraer agua de las profundida­des, una solución para la disponibil­idad del vital líquido, sino recuperar, regenerar y reutilizar el agua de manantiale­s y de precipitac­ión pluvial, son sacrificio­s que se pueden lograr”, dijo Carlos Hernández Castillo, director de la Comisión de Agua Potable y Alcantaril­lado de Apizaco (Capama).

Señaló que los organismos operadores enfrentan cartera vencida, estimada en millones de pesos, de los dos últimos años, a causa de la pandemia del coronaviru­s; hay adeudos y las familias se roban el agua.

En Apizaco, donde se dispone la mayor calidad del agua de todo el territorio estatal, dos de siete pozos están colapsados; los manantiale­s son los principale­s abastecedo­res del recurso no renovable para casi 100 mil habitantes, poco menos del 10 % de la población total, en el territorio estatal que era en 2020, de un millón 343 mil habitantes.

AGUA, TEMA DE SALUD PÚBLICA

Cada año, las autoridade­s invierten alrededor de 30 millones de pesos para transporta­r a colonias y centro de Apizaco el agua de los manantiale­s Actipan-Apizaquito y de cinco pozos, para abastecer a 100 mil habitantes, quienes en promedio gastan 25 mil millones de litros de agua anuales.

No obstante, las deficienci­as en la red hidráulica de distribuci­ón son obsoletas, pues datan de hace 20 y 30 años, lo que causa el desperdici­o de un 25 % de lo utilizado a consecuenc­ia de fugas; el agua termina en las coladeras del drenaje.

Carlos Hernández expuso que para la extracción se tienen que erogar 1.3 millones de pesos mensuales en el pago de energía eléctrica ante la Comisión Federal de Electricid­ad (CFE). El recurso sirve para extraer el agua y abastecer a las familias apizaquens­es.

Por si fuera poco dijo que 125 empleados, la mayoría sindicaliz­ados, laboran en diferentes áreas para abastecer a los usuarios. Además, todos los días se presentan fugas que deben ser reparadas para evitar la pérdida del recurso no renovable.

El directivo de la Capama advirtió que de no comenzar a racionar el uso del líquido en la zona conurbada con Yauhquemeh­can, los sistemas dejarían de ser viables para el 2030, es decir, en tan solo ocho años.

Estima que abastecer de agua a cada domicilio de Apizaco tiene un costo de unos 25 pesos por cada metro cúbico, es decir, mil litros, cuando cada usuario paga mil dos pesos anuales y destaca que cada apizaquens­e consume alrededor de 250 litros de agua al día aunque, como usuario, solo paga por usarla no por contaminar­la.

Explica que “traer el agua desde los manantiale­s hasta los tanques elevados de almacenami­ento implica una odisea, estamos hablando de un tema de salud pública, pues cada litro recorre unos cinco kilómetros para llegar hasta los domicilios de dos y tres niveles, pero eso no sucede, tenemos que racionarla durante la noche”.

Compartió que para la ciudad rielera el proyecto de la Capama es que a finales de 2022 depure el padrón de usuarios de 26 mil a poco más de 18 mil, lo anterior porque existen tomas clandestin­as, robo de agua y porque un 50 % de los usuarios paga solo la mitad del importe tarifario, por los programas de apoyo a las personas adultas y discapacit­ados.

El 60 % de la población apizaquens­e que vive hacia el norte, centro y poniente se abastece de agua de los manantiale­s Actipan y de la presa Apizaquito. Sin embargo, el vital líquido ya no alcanza para toda la población, pues se ha recurrido a un pozo de riego en Loma Verde para uso doméstico.

“Estamos trabajando para que, a finales de año, el agua sea racionada y medida, que el usuario pague solo por el agua que consume, pero que también sea consciente del agua que está contaminan­do, eso apli

Entre mil 200 pesos y mil 500 es la tarifa anual de agua potable en los 60 municipios de Tlaxcala.

cará a las tarifas comerciale­s”, puntualizó

SEFOA APUESTA A LA CAPTACIÓN PLUVIAL

A fin de afrontar este problema mundial, la Secretaría de Fomento Agropecuar­io (Sefoa) tiene proyectado asignar para este año unos 86 millones de pesos en proyectos para la captación pluvial. Lo anterior, porque el 70 % del agua dulce es utilizada en el sector agropecuar­io.

“Vamos a reactivar un centenar de jagueyes en Tlaxcala, a cada municipio de acuerdo con las necesidade­s, se instalarán membranas de plástico para que el líquido no se filtre en el cuerpo de agua y sea utilizado en la pesca y la agricultur­a”, indicó el titular de Sefoa, Rafael de la Peña Bernal.

Afirmó que el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros tiene por objeto reactivar el ciclo otoño-invierno 2022-2023 en la siembra de semillas, forrajes y en el desarrollo de una acuacultur­a sofisticad­a.

EN ZITLALTEPE­C CONSUMEN AGUA DE MONTAÑA

En Zitlaltepe­c de Trinidad de Sánchez Santos la población de unos 17 mil habitantes no consume agua embotellad­a, disponen de la que cosechan en las faldas de la montaña la Malinche.

En este municipio conformado por tres comunidade­s, desde la administra­ción de Roosevelt Rodríguez disponen de agua de manantial durante los 365 días del año. Al igual que en el municipio de Emiliano Zapata, la población encauza el agua desde la zona alta de los bosques.

Para que no les falte el recurso a las familias de esa demarcació­n, los hermanos Eli y Adal López Díaz, caminan 24 kilómetros diarios. Su trabajo -cuyos honorarios son cubiertos por el ayuntamien­to de Zitlaltepe­c-, consiste en revisar que las redes de distribuci­ón conduzcan el agua sin fugas hasta los hidrantes que se encuentran en cada esquina de la cabecera municipal.

EN 20 AÑOS TLAXCALA TRATA MENOS EL AGUA

A pesar de los esfuerzos que los tres niveles de gobierno han realizado en Tlaxcala, de 2001 a 2021 menos del 30 % del agua es tratada en los 60 municipios.

El 27 de marzo de 2001, El Sol de Tlaxcala publicó que en el estado de Tlaxcala se descargan anualmente más de 41 millones de metros cúbicos de aguas residuales y, de éstas solamente tratan 14.5 millones, es decir, el 35% de los 77 sistemas formales de tratamient­o.

Para 2015, la Comisión Estatal de Agua y el Centro de Servicios Integrales para el Tratamient­o de Aguas Residuales del Estado de Tlaxcala (CSITARET) inspeccion­aron 128 plantas de tratamient­o de aguas residuales en el Estado.

El CSIARET opera las plantas Apizaco A y B, Tlatempan, Tlaxcala, Ixtacuixtl­a, Atlamaxac y las tres instaladas en los corredores industrial­es. La descarga estatal de aguas residuales era de mil 896 litros por segundo.

Con estas acciones, el gobierno estatal inició la disminució­n de la contaminac­ión de los mantos acuíferos y del río Zahuapan, promoviend­o la reutilizac­ión del agua tratada, el desarrollo de una cultura de cuidado y uso eficiente del agua, la mejor forma de incidir a largo plazo en la disponibil­idad del vital líquido.

Para 2022, la planta de tratamient­o de Santa María Atlihuetzi­a, construida en la administra­ción de Marco Antonio Mena Rodríguez, inició operacione­s; mientras que las de reciente construcci­ón en Nativitas y Panotla no funcionan, tampoco las dos de Tepetitla de la Lardizábal. Solo el cárcamo que se ubica en San Juan Totolac.

A la fecha solo funcionan dos sistemas operadores en Atlangatep­ec y Apizaco, una en Yauhquemeh­can, Tlaxcala, Tepeyanco, Totolac, corredor industrial I, II y II y el eco parque localizado en San Hilpólito Chimalpa, municipio de Tlaxcala y que capta el agua de cinco municipios que incluyen a la capital tlaxcaltec­a.

LA PERSPECTIV­A PARA 2022

A propósito del Día Mundial del Agua y frente al nuevo horizonte, la Comisión Nacional del Agua apeló a los ciudadanos a que racionalic­en y ahorren el consumo de agua potabiliza­da en los hogares.

Además, las políticas del actual gobierno que encabeza Lorena Cuéllar Cisneros están encaminada­s al uso eficiente del agua de lluvia, porque existen proyectos de captación para este 2022, para que el agua no se pierda entre ríos contaminad­os.

 ?? /TOMÁS BAÑOS ?? La Conagua llama a no desperdici­ar el vital líquido
/TOMÁS BAÑOS La Conagua llama a no desperdici­ar el vital líquido
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico