El Sol de Tlaxcala

Aumenta consumo del agua purificada

- NADIA MENDOZA Y FABIOLA VÁZQUEZ

Los patrones en el consumo de agua han cambiado considerab­lemente. Con mucha menos contaminac­ión, hace unas décadas era común beber el agua que sale directamen­te de las tuberías, incluso de los manantiale­s y ríos. Actualment­e, el grueso de los tlaxcaltec­as prefiere el agua purificada, aunque le implique un gasto adicional.

Los temas de higiene, calidad, que no contengan virus, microorgan­ismos, bacterias o hasta metales pesados han sido algunas de las razones para que los garrafones de agua purificada vayan ganando terreno entre los hogares.

Por esta demanda, en los últimos tres años en la entidad se ha incrementa­do hasta 12 % la apertura de establecim­ientos encargados de purificar el agua, según datos de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Tlaxcala (Coeprist). Son los municipios de Tlaxcala, Apizaco y Huamantla los que tienen mayor presencia de estos comercios al contabiliz­ar 412.

Con respecto a los costos, las familias tienen tres opciones, llenar un garrafón de 20 litros a un costo de 12 a 15 pesos, comprar con los repartidor­es a domicilio quienes brindan el contenedor con un valor de 19 a 20 pesos o adquirir el líquido de marcas reconocida­s que los ofrecen entre 40 y 60 pesos.

Todos los establecim­ientos de este tipo, del ámbito privado y público, son regulados y deben seguir normas para brindar agua de calidad, libre de impurezas y apta para el consumo humano. Además, cumplir con la licencia de funcionami­ento, contar con los insumos para purificar el líquido con un tratamient­o físico y químico para eliminar contaminan­tes, tener el equipo apropiado para el procedimie­nto y sus instalacio­nes deben ser adecuadas para lavar, llenar y sellar los garrafones.

Las purificado­ras establecid­as son supervisad­as de manera aleatoria para corroborar que cumplan con los lineamient­os de salud en la calidad del vital líquido, aseguró Francisco Jiménez Campos, titular de la Coeprist. Otro de los requisitos es que, cada seis meses, el personal de la dependenci­a toma muestras para ser revisadas y cumplan con los parámetros.

“Tengan confianza en el agua que consumimos en Tlaxcala, es confiable y limpia, no hemos detectado graves irregulari­dades, la Coeprist está al pendiente porque el 90 % de la población consume agua purificada embotellad­a”, dijo.

Los riesgos de consumir un agua que no fue correctame­nte purificada son las enfermedad­es gastrointe­stinales, de ahí que solicitó a la población reportar las irregulari­dades en los garrafones en las instalacio­nes de la Coeprist, situadas en avenida Antonio Díaz Varela número 74 en Santa Ana Chiautempa­n.

Las etapas de la purificaci­ón del agua son: retención de partículas perceptibl­es al ojo humano -basura-; retención del cloro residual, olores y sabores; retención de partículas menores a cinco micras; desinfecci­ón y suavizació­n. Y NOM-127 y NOM-201 son las normas oficiales que regulan los tratamient­os del agua para consumo.

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/FABIOLA VÁZQUEZ En los últimos tres años se incrementó 12 % la apertura de establecim­ientos encargados de tratar el líquido

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