Abominable
El embarazo infantil es más grave que la pornografía de menores de edad. Representa un problema de salud pública que por muchos años ignoraron las autoridades de los tres niveles de gobierno, pero ahora forma parte –y qué bueno- de una agenda pública nacional que debe ser tratado con la mayor urgencia posible.
Y no es para menos. Qué grave, de acuerdo con lo publicado hace algunos días por El Sol de Tlaxcala, basado en información oficial, que los 60 municipios de la entidad, presenten –algunos en mayor o menor medida- este problema que de forma silenciosa ha crecido como la “espuma del mar”.
Lo que antes era visto como un asunto de desviación sexual, ahora tiene que ver también con un confinamiento extremo que abonó por más de dos años la pandemia de Covid-19.
Lo cierto es que Tlaxcala nunca ha sido ajeno a ello, sobre todo en las comunidades rurales donde las familias viven hacinadas pues si bien poseen grandes extensiones territoriales, su vivienda en construcción está centrada en espacios reducidos donde, hasta en una habitación pequeña, viven, comen y duermen más de cinco personas.
No vamos lejos, ahí está el caso del pueblo de San José Xicohténcatl, municipio de Huamantla, donde una niña de 13 años resultó embarazada por su padre, fue muy sonado en el ámbito nacional, aunque ahora ya se sabe que en otras localidades han detectado a madres jóvenes de 14 y 15 años.
Solo que el asunto dejó de ser un problema de las zonas rurales y pobres, ha tomado relevancia en las ciudades donde, en familias disfuncionales, el hombre abusa sexualmente de sus hijastras y, en muchos de los casos, las mujeres lo consienten y hasta lo provocan.
El tema es crudo pero real. El embarazo infantil tiene que ver con la degradación de la sociedad pues, en muchos de los casos, los propios familiares son quienes abusan de hijas, sobrinas y nietas. En los pueblos todavía es común que la hija –de hasta 14 años- duerma y se bañe con sus padres, abuelos, hermanos y primos. El acercamiento termina en una desviación sexual. Abominable. (Del verbo latino abominari rechazar, muy fuertemente como si fuera el peor de los presagios).
Sobre el tema, Tlaxcala enfrenta dos problemas graves: los embarazos infantiles y de adolescentes, pero el primero debe ser visto como un abuso sexual porque no es una relación consentida, sino provocada, violentada o inducida.
La situación es delicada porque los embarazos tempranos traen consecuencias físicas, psicológicas y la afectación del derecho al pleno desarrollo de las niñas, así como de su proyecto de vida.
Lo grave del abuso sexual donde participa un familiar, es que muchas veces las madres de familia prefieren no presentar la denuncia, cambian, incluso, de domicilio para no ser detectadas por la autoridad y se mantiene impunidad sobre los agresores. Por amor, defienden a la pareja.
Precisamente por ello, no será fácil erradicar el problema, sumado a que todavía no hay áreas oficiales especializadas para atenderlo, pero lo más delicado es que existe reticencia en las familias para hablar sobre educación sexual.
A esto se suma que las redes sociales promueven conductas de riesgo. A diario se ven a mujeres adolescentes ofreciendo -literalmente- en fotografías su cuerpo y narrando sus ideas sexuales. Les suena divertido pero se ponen en riesgo.
Ahora que las féminas mayores de edad luchan férreamente por la igualdad y equidad de género, deberían incluir, en ese mismo tono, los derechos de las niñas para evitar el embarazo infantil.
En la Secretaría de Educación Pública, también, la educación sexual necesita tener una materia oficial donde difundan información sobre la detección y prevención del abuso de menores y situaciones de riesgo. Ayudaría en mucho.
Por ejemplo, en la actualidad, el acoso sexual está dejando de ser un tabú y, ante cualquier denuncia, la autoridad debe actuar con celeridad, como fue la decisión tomada recientemente por la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, en el caso de uno de sus funcionarios. Hizo bien, pero el piso debe ser parejo, es decir, se debe proceder contra todos los servidores públicos del rango que sea, nadie debe ser protegido. Al tiempo.
EPÍLOGO….
1.- LO QUE SIGUE IGUAL…Covid-19 y sus variantes lograron cambiar casi todo, pero no el flujo de migrantes que aspira a llegar a Estados Unidos de América en busca de mayores oportunidades de vida, lo que significa que una enfermedad, por mortal que sea, no detiene a las personas por la necesidad de contar con los elementos básicos para satisfacer a una familia.