Sábado Santo debe ser de reflexión, no para fiestas
Los días de campo y las convivencias familiares son comunes durante el Sábado Santo, anteriormente conocido como Sábado de Gloria, pero no debería ser así pues se ha distorsionado el sentido de este día, aseveró el presbítero Gabriel Pérez Muñoz, integrante de la Comisión Diocesana para la Pastoral Litúrgica en Tlaxcala.
Por lo tanto, durante el Sábado Santo la liturgia calla, no hay eucaristías, es un día de silencio, el altar se encuentra despojado y el Sagrario abierto y vacío, aseveró.
Debido a la muerte de Jesús, para vencer con su dolor el mal de la humanidad, se trata de un día de ausencia, dolor, esperanza y soledad, pues sus palabras se han cumplido y Cristo ha bajado al lugar de los muertos, dijo.
Mencionó que pese a que no hay eucaristía es necesario orar en los distintos momentos que implica la conmemoración.
El Sábado Santo no debe ser denominado Sábado de Gloria, pues se trata de un día de ausencia, dolor, esperanza y soledad.
El religioso añadió que el cuerpo de Cristo en la fosa representa a las personas que han fracasado y se encuentran sepultadas en el dolor, pobreza, hambre o persecución, pero a la vez significa la confianza en Dios, esperanza de la resurrección de la vida.
Además, invitó a los fieles a leer la antigua homilía sobre el Sábado Santo, pues manifiesta un diálogo entre Cristo que baja al lugar de los muertos y les da la buena noticia de su liberación al resucitar.
Finalmente, invitó a los feligreses que en cada Sábado Santo recuerden a sus amigos y familiares fallecidos, coloquen sus fotos en los altares y pidan a Cristo para que los pueda sacar del abismo de la muerte.