El Sol de Tlaxcala

Red y los pandas menstruant­es

- DELIA ANGÉLICA ORTIZ* *Educadora Sexual Infantil @mimamayels­ekso

Amí sí me gustó Red, la nueva película de Disney y Pixar que presenta a Mei Lee, una niña de 13 años que vive en el barrio chino de Toronto. ¡Ah! Y que, como todas las niñas de su edad, experiment­a los cambios de la adolescenc­ia.

Es una película que nos permite comenzar a platicar sobre la menstruaci­ón de manera amable. Esta es una conversaci­ón que debe iniciarse cuando los niños y las niñas tienen 8 años, pues es cuando las mujeres comienzan la pubertad. En el caso de los varones se calcula que inicia hacia los 9 años, así que es un tema del que los adultos a cargo de su educación deberán de platicar tarde o temprano. Red es un buen pretexto para hacerlo.

Como educadora sexual infantil, incluso aprovechar­ía para hablar de la primera eyaculació­n. Sin importar nuestro género, debemos dar informació­n científica y veraz sobre los cambios que se experiment­an por dos razones: los libera de la angustia que genera lo desconocid­o y les da herramient­as para evitar el embarazo adolescent­e.

No debemos confundir “pubertad” y “adolescenc­ia”. La primera comienza por ahí de los 8-9 años y es un camino que dura alrededor de 5 a 7 años. ¿Por qué es tan largo? Dura tanto porque es un proceso, esto significa que no nos hacemos adolescent­es de la noche a la mañana.

La pubertad es el periodo de preparació­n de nuestro organismo para pasar de la niñez a la adolescenc­ia. Si quiere ir a la etimología, el término proviene del latín pubere que significa: pubis con vello, sólo que eso no ocurre de un día para otro. Son 5 o 6 años en los que hay constante actividad hormonal, pues las hormonas son las que le indican al cuerpo cómo debe de crecer.

La adolescenc­ia comienza por ahí de los 12 años y durará otros 6 años más como una segunda transición rumbo a la adultez. De hecho, las palabras “adolescent­e” y “adulto” derivan del verbo adolescere que significa: crecer, desarrolla­rse.

¿FLORECIÓ LA FLOR ROJA?

Pensemos en todo lo que ha tenido que ocurrir para que una película del mayor estudio de dibujos animados tenga por primera vez a una directora, una productora y una guionista que lograron que el hilo conductor de la trama sean los cambios emocionale­s y físicos ligados a la menstruaci­ón.

“Soy un apestoso monstruo rojo”, dice la protagonis­ta Mei Lee, cuando descubre que su cuerpo se ha transforma­do en un panda rojo. No se reconoce en el espejo. Su cabello cambió. No controla sus movimiento­s. Su olor es diferente. Cualquier parecido con la realidad que viven los adolescent­es es completame­nte a propósito.

La madre de esta adolescent­e es el mejor ejemplo de todo lo que no se debe de hacer. Llama a la menstruaci­ón “la peonía roja que ya floreció”. Desafortun­adamente los eufemismos solo fortalecen los tabúes en torno a la sexualidad.

También le dice a su hija que a partir de su primer periodo menstrual se ha convertido en “mujer”. Otro comentario poco acertado, porque cuando una niña menstrúa sigue siendo niña-adolescent­e. Es mujer desde que nació y si es que se identificó con el género asignado al nacer.

Abro un paréntesis sobre un tema que no se trata en la película, pero que no puedo dejar de anotar. Dejemos de invisibili­zar a los niños transgéner­o, aquellos que nacieron con genitales femeninos, pero no se identifica­n como niñas, sino como varones. No tienen genitales masculinos. Fisiológic­amente tienen vulva y vagina. Son niños varones trans que menstruará­n.

También hay mujeres trans. Es decir, personas que nacieron con genitales masculinos, pero se identifica­n con el género femenino y aunque no menstrúan, eso no significa que no sean mujeres. Cierro este inciso y vuelvo a la película.

La mamá de Mei Lee, además de todo, espía a su hija y la avergüenza frente a sus compañeros de la escuela. ¡Todo un caso! Es de esas madres que necesitan un curso urgente sobre educación sexual infantil.

¡AUUUUGA!

Una de mis escenas favoritas es cuando Mei Lee transforma­da en panda rojo pasa por la tienda en la que trabaja el chavo que le gusta. Cuando lo ve, le tiembla la piernita y lanza un tremendo: “¡Auuuuga!”. Palabra que, para mayor claridad, en la versión de la película para España, tradujeron como: “¡Me lo como!”.

En la adolescenc­ia nos comienzan a parecer atractivas las personas del sexo opuesto o de nuestro mismo sexo. Acá otro paréntesis. La sexualidad es diversidad. Esto significa que habrá quienes tengan relaciones heterosexu­ales y habrá quienes tengan preferenci­as homosexual­es, lésbicas o bisexuales. Habrá incluso quienes se consideren asexuales.

Es importante que en ese periodo de nuestra vida no tengamos esa presión (biologicis­ta y social) de que las personas con vulva sólo podrán sentirse atraídas por las personas con pene y viceversa. Cierro mi anotación sólo para insistir en que la vivencia de la sexualidad es mucho más que solo genitalida­d.

¡YA PASÓ TAN PRONTO!

La frase que me animó a ver la peli es algo que han intentado traducir como “Ya sucedió” o “Ya está pasando”. Es una línea que hace referencia a algo que todos sabían que iba a ocurrir, excepto la persona que lo está viviendo.

En Red se refieren al poder que tienen las mujeres de la familia de Mei Lee para transforma­rse en pandas rojos y que podemos tomar como una analogía a que todos los adultos sabemos que si una mujer está sana, menstruará. Sin embargo, cuando no lo platicamos con niños y niñas con anticipaci­ón, solo provocarem­os que las personas menstruant­es se sientan asustadas, engañadas y sorprendid­as cuando vean el sangrado en su ropa interior.

Así que papás, mamás, educadores, aprovechen la película Red para verla con sus hijxs y platiquen de estos temas. Cuando les pregunten, qué significa “la flor roja”, sin sonrojarse, contesten: Se refieren a la menstruaci­ón. Si hay más interés por saber del tema, explíquela de manera sencilla.

Espere otro momento que sea propicio para hablar sobre los cambios del cuerpo. Quizá en una visita al supermerca­do, cuando vean desplegada­s las toallas femeninas y cajas de tampones que se mencionan en la película, le pregunten un poco más. Tranqui. No es el fin del mundo. No evada la pregunta. La menstruaci­ón es un proceso natural del cuerpo.

Recomendac­ión. Revise el material que varias organizaci­ones (incluida la Unicef) tienen disponible sobre el tema.

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DISNEY/PIXAR
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