Antinarcóticos estaba infiltrado
Cooperaba con la DEA desde hace cuatro décadas sobre indicios de drogas
CDMX. El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que la unidad antinarcóticos que su gobierno decidió disolver estaba infiltrada por el crimen organizado.
“Nosotros mantenemos cooperación con organismos internacionales en materia de seguridad, pero procuramos que se respete nuestra soberanía y antes entraban y salían por el país y hacían lo que querían, ellos mandaban e incluso fabricaban delitos”, afirmó el mandatario durante su conferencia de prensa matutina.
El martes pasado, la agencia de noticias Reuters informó que el gobierno del presidente López Obrador disolvió la unidad antinarcóticos que por más de cuatro décadas cooperaba con la DEA.
El grupo era una de las unidades de investigaciones especiales (SIU, por sus siglas en inglés) que operan en unos 15 países y que los funcionarios estadounidenses consideran invaluables para desmantelar poderosas redes de contrabando y atrapar a innumerables capos de la droga en todo el mundo. Las SIU son entrenadas por la DEA, pero están bajo el control de los gobiernos nacionales.
Según un reportaje de ProPublica, publicado en junio de 2017, la masacre de Allende ocurrida en 2011 se originó por una filtración sobre un operativo para capturar a los hermanos Treviño, entonces líderes del cártel Los Zetas.
En 2017, en una Corte federal de Chicago, Iván Reyes, uno de los supervisores de la unidad, fue acusado porque presuntamente dio información de la DEA a grupos del crimen organizado, aunque no se sabe si él es el responsable de esa filtración. Reyes fue sentenciado en febrero.
También podría estar relacionado con la desaparición de cuatro personas que fueron secuestradas de un hotel en Monterrey en 2010, quienes habrían sido confundidas con agentes del SIU y que fueron delatadas.
El cierre de la unidad, según Reuters, podría resultar costoso en las calles de Estados Unidos, donde las autoridades luchan por reducir un aumento en las sobredosis que el año pasado provocó más de 100 mil muertes, en su mayoría vinculadas a una nueva ola de drogas sintéticas producidas por cárteles mexicanos.
El equipo de élite, fundado en 1997, fue el principal conducto para que la DEA compartiera con el gobierno de México pistas sobre envíos de drogas e indicios obtenidos en suelo estadounidense.
El cierre podría resultar costoso en las calles de Estados Unidos