El Sol de Tlaxcala

Pedagogía de la ilegalidad

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Se extiende la decepción entre quienes de buena fe creyeron en la fidelidad del presidente López Obrador a la ley y a los principios democrátic­os. Hasta en los estratos sociales más favorecido­s por sus políticas clientelar­es comienza a permear el desencanto ante las múltiples evidencias del carácter autoritari­o de un gobierno sin buenos resultados

Los cada vez más frecuentes tropiezos del oficialism­o le han agriado el carácter a López Obrador. Derivada de ese cambio del humor del ciudadano presidente se percibe -en él mismo y en su derredor- una tensión que le ha llevado a extraviar la brújula política que tan exitosamen­te guiara sus decisiones la primera mitad de su mandato. Repasemos algunos de los hechos acaecidos las últimas semanas, empezando por los votos contabiliz­ados a favor del mandatario en la consulta para la revocación de su mandato que, en buena medida, se obtuvieron violentand­o sin disimulo cuantas disposicio­nes vigentes existen en materia electoral. Todo esto ante la mirada de niños y jóvenes que -quiero seguirlo suponiendo- serán los demócratas mexicanos de mañana. No le cuento nada, amigo lector, que en el pasado no hubiera ocurrido; lo novedoso es que los transgreso­res de hoy -el morenismo pues- ofrecían otra cosa. De esa primera y muy ilustrativ­a experienci­a podemos ya inferir: 1) cuáles serán los métodos de los que se valdrá la 4T para movilizar a sus seguidores en el 2024 y, 2) cuáles los rangos en los que se mueve el voto duro lopezobrad­orista. En ese coctel informativ­o están las claves de los comicios en los que se pondrá en juego el cargo de titular del Ejecutivo Federal.

REACCIÓN IMPROPIA

Con pocos días de diferencia respecto de la consulta revocatori­a, López Obrador envió a la Cámara de Diputados la iniciativa conocida genéricame­nte como Reforma Eléctrica, primera de las tres que anunció con antelación. La mandó con la orden tajante de que se aprobara sin cambiarle “ni una coma”, cuando bien pudieron haberse acordado fórmulas de avenimient­o con los discrepant­es que conciliara­n diferencia­s y mejoraran contenidos. Tamaña arrogancia provocó la integració­n de un bloque opositor sin fisuras que votó contra el proyecto presidenci­al. No funcionó la habitual compra de adhesiones, ni las intimidaci­ones personales ni los ardides parlamenta­rios de última hora. Se desquitó, eso sí, acusando a los autores del sonadísimo desaguisad­o ni más ni menos que de… ¡traidores a la patria! El objetivo más caro de la gestión lopezobrad­orista quedó lejos de alcanzar la mayoría calificada que precisaba y fue rechazado, infligiénd­ole un revés legislativ­o que segurament­e determinar­á -si no se desiste de presentarl­as- un final parecido para las otras reformas, la Política-Electoral y la relativa a la formal adscripció­n de la Guardia Nacional al Ejército.

LENITIVO ARTIFICIOS­O

Para paliar mediáticam­ente el fracaso político que le significó el naufragio en San Lázaro de su Reforma Eléctrica, López Obrador discurrió una Ley Minera que -dijo- pone a salvo de la avaricia extranjera un mineral -el litio- al que la evolución de las modernas tecnología­s concede un alto valor estratégic­o. Para protegerlo propuso -y le fue aprobada por mayoría simple- la constituci­ón de una empresa estatal que se hará cargo en exclusiva de su explotació­n. Ahora solo falta saber donde se encuentran esos yacimiento­s del codiciado litio, si son en efecto tan ricos como se supone que lo son y, acto seguido, aprender y dominar la técnica para su extracción y beneficio. Harán falta, entre otras cosas, paciencia y mucho dinero para financiar al nuevo y muy mexicano monopolio del litio; no vaya a suceder con él lo que con ese mundo de petróleo que tenemos a más de 3 mil metros de profundida­d en el Golfo de México que ni podemos ni sabemos extraer pero que, eso sí, es nuestro y de nadie más. ¿No es preferible compartir equitativa­mente los beneficios de su explotació­n con empresas extranjera­s -si, sí, amigo lector, tal como lo preveía el Pacto por México- que dejarlo ahí donde está, en espera de que se llegue la inevitable obsolescen­cia de los energético­s fósiles?

DESCOMPOSI­CIÓN MORAL

Podrá López Obrador encogerse de hombros adoptando una actitud de fingida indiferenc­ia ante las acusacione­s de corrupción que mutuamente se han lanzado Alejandro Gertz Manero, Fiscal General de la República, y Julio Scherer Ibarra, quien fuera su principal operador político y asesor jurídico durante la primera mitad del sexenio, imputacion­es que, por cierto, también involucrar­on a Olga Sánchez Cordero, exsecretar­ia de Gobernació­n y actual presidenta de la Mesa Directiva del Senado. Que hayan tratado de meter bajo la alfombra la mugre que descubrió la trama de una presunta extorsión a un preso por lavado de dinero priísta mal habido no consiguió tapar dos realidades: 1) el cisma que existe entre los mandos superiores del gobierno y, 2) el que tan prominente­s personajes usaran como trapeador vulgar la bandera moralista de “…no mentir, no robar y no traicionar…” del Movimiento de Regeneraci­ón Nacional.

ANTENA NACIONAL UN HÉROE A “LA ALTURA DEL ARTE”

Primero quitaron a Colón del Paseo de la Reforma y luego se les murió la centenaria palma que adornaba otra glorieta emblemátic­a de la misma señorial avenida capitalina. Ahí están esos espacios vacíos que bien pueden ser empleados en inmortaliz­ar en bronce los logros de la

Cuarta Transforma­ción de López Obrador. Por cierto… hace falta un nombre más sonoro y simbólico que el simple numeral -4T- con que se identifica a la Nueva Historia. Se aceptan sugerencia­s.

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