Los saldos de la discusión sobre la reforma energética
La votación de la reforma energética generó una abolladura para el gobierno de la cuarta transformación, y probablemente marcará el fin de la buena racha que había tenido desde que inició el gobierno de López Obrador en aprobación de iniciativas, por lo que hay que analizar los principales factores que estuvieron presentes en la discusión.
La estrategia de presión a la oposición. Una de las tácticas que utilizó el oficialismo para presionar a la oposición fue la exhibición de los legisladores en caso de que no aprobaran la reforma energética. Para aprobar la iniciativa el partido del presidente requería de 334 votos, los 275 votos que obtuvo Morena y sus aliados fueron insuficientes para alcanzar dicho número.
En algún momento se pensó que esos votos podrían provenir de una parte del bloque opositor, específicamente del PRI, un partido que ideológicamente podría ser más cercano a Morena. De la misma forma desde la presidencia se promovió la idea de que no votar a favor de la reforma energética sería traición a la patria. Además, dicha estrategia de presión iría acompañada de la exhibición pública de cada legislador que votará en contra de la iniciativa enviada por el Ejecutivo. Esta estrategia ya se ha puesto en práctica con la instalación de tendederos en plazas públicas para exhibir a todos los legisladores del bloque opositor que votaron en contra de la iniciativa, sin embargo, este amago no funcionó y hoy la oposición presume como un gran logro el rechazó de la iniciativa presidencial.
El abuso de los mecanismos de democracia participativa. En un periodo de quince días la sociedad mexicana fue testigo de cómo se puede hacer uso de las figuras de democracia participativa, sin que necesariamente el fin sea promover la participación de la ciudadanía. tal fue el caso de la revocación de mandato, en donde las huestes de Morena movilizaron una buena cantidad de votantes beneficiarios de programas sociales.
En la discusión de la reforma energética se convocó a un ejercicio parlamento abierto, de nada sirvió la participación de más de 170 ponentes que emitieron su opinión en torno al tema, al final ni la oposición ni el oficialismo modificaron sus posturas y tampoco tomaron en cuenta la opinión de los expertos que participaron en este proceso.
La desconexión con la ciudadanía. Diferentes sondeos dieron cuenta de cómo la ciudadanía percibió la discusión de la reforma. Una encuesta levantada por el Financiero a finales del 2021 revelaba que el 60 por ciento de la ciudadanía sabia poco o nada sobre la propuesta de reforma energética. El gobierno fue incapaz de socializar de forma adecuada la propuesta, lo cual hizo que la discusión fuera vista con indiferencia por buena parte de la ciudadanía.
La encuesta levantada por la organización México elige dio cuenta de la polarización que vive el país, 47.1 por ciento estaba a favor de que se aprobara la reforma misma cifra estaba en contra, sin duda, esto es parte de la estrategia de la polarización que se ha promovido entre las fuerzas políticas, pero sobre todo desde la presidencia en las conferencias mañaneras.
Es claro que el tropiezo que sufrió el gobierno se debe primordialmente a que ha sido incapaz de consensar sus iniciativas más importantes con la oposición. Durante la primera mitad de su mandato López Obrador pudo sacar sus propuestas porque su partido hizo uso de un mecanismo que le permitió tener sobrerrepresentación en las Cámaras, esto le permitió sacar adelante buena parte de sus propuestas arrasando en las votaciones a la oposición en el Congreso. los