Día de las Madres, desde la más profunda sensibilidad
En pleno
mes de mayo, nos encontramos a tan solo unos días de que conmemoremos a nuestras madres en la fecha que les hemos dedicado a lo largo de los años.
Aesta altura del año, hay toda una serie de patrones repetidos, en muchos casos como rutinas cariñosas y en otros, como algo que se hace una y otra vez con tal de no retar a la imaginación y al amor que le tenemos a quienes nos dieron la vida.
Hay canciones que solo se oyen en estas fechas y suenan una y otra vez; hay quienes, en supuesta muestra de entrega, dicen la celebración tendría que hacerse todos los días, un compendio de supuestas buenas intenciones, que al final, queda lejos de ser una genuina fiesta.
El gran problema en nuestro país, es que, con agresiones crecientes hacia las mujeres, con feminicidios que superan los 3 mil en lo que va del actual sexenio y desapariciones que van más allá de las mil 600, la violencia familiar en todas sus expresiones, tanto la económica, como la verbal, la psicológica y la física, se vuelven algo cotidiano en un México en el que las mujeres tienen muy poco que celebrar.
Llegado el 10 de mayo y los días que le circundan, es importante hacer que estas fechas no sean una mera expresión de condescendencia y sí una ocasión para hacer énfasis en un amor que sentimos siempre, pero que en estas fechas celebramos enfatizando el profundo sentimiento que nuestras madres inspiran.
México es un país en el que se vive una gran diversidad, desde las zonas rurales en las que las madres campesinas, tanto hacen producir a la tierra, como encuentran las mejores vías para alimentar a sus familias, tanto con aquello en lo que trabajan, como con lo que obtienen a través de su propia productividad.
Está también el México de sus litorales, con diferentes tradiciones y costumbres, donde no basta salir a pescar, dado que en
10 de mayo y los días que le circundan, es importante hacer que estas fechas no sean una mera expresión de condescendencia y sí una ocasión para hacer énfasis en un amor que sentimos siempre, pero que en estas fechas celebramos enfatizando el profundo sentimiento que nuestras madres inspiran. En México se vive una gran diversidad, desde las zonas rurales en las que las madres campesinas, tanto hacen producir a la tierra, como encuentran las mejores vías para alimentar a sus familias.
Llegado el
las empacadoras ya esperan el producto que las familias de pescadores, con sus pangas y otras embarcaciones, habrán de entregarles para comercializar. Pero aún en esas condiciones, madres con doble carga de trabajo, en el mar y en sus hogares, ofrecen a sus hijos el alimento que nuestras costas brindan.
Además, tenemos las ciudades fronterizas, donde hay una creciente presencia de maquiladoras, a las que acuden a trabajar principalmente mujeres, de las que sobra decir que muchas de ellas son madres y deben hacer frente a turnos a lo largo de todo el día, por lo que con frecuencia salen a altas horas de la noche, lo que las expone a ataques violentos y desde luego a feminicidios.
Nuestro país tiene una gran variedad de entornos y en todos ellos, desde el campo, hasta las grandes ciudades, las madres dan lo mejor de sí, con creatividad y amor, y por tanto en la medida en que se les corresponda, sociedad y autoridades, avanzaremos contra la violencia, haciendo de México nuevamente, un gran país para vivir.