Estudios agrícolas son letra muerta
Los temas agrarios resultan en meras publicaciones y no han sido “aterrizados” a nivel de campo
Pocas investigaciones desarrolladas en las universidades de Tlaxcala son “aterrizadas” en pro de la agricultura, son letra muerta, se requiere de coordinación estrecha entre la academia, la ciencia y el campo, aseveró Isaac Andalco López, director de Ganadería de la Secretaría de Agricultura.
Por el importante trabajo que realizan especialistas y universitarios, dijo que se vincularán con las instituciones educativas de nivel medio superior, básico, superior y de los tecnológicos, toda vez que han notado que en las universidades de Tlaxcala existen trabajos de enfoque hacia una agricultura más inocua, pero no se aplica.
“Existen tantos temas relacionados con el campo; a lo largo de los años los han desarrollado hasta consolidarlos, pero desgraciadamente todo se ha quedado en letra muerta, en las universidades los temas agrarios resultan en meras publicaciones y no se ha podido bajar a nivel de campo”, insistió en la muestra agricola y pecuaria efectuada en el municipio de Nanacamilpa.
El funcionario aseveró que toda la información y los proyectos exitosos tienen la capacidad de aumentar la producción local, por eso consideró urgente vincular al sector educativo, con el agrario, pues actualmente el campo enfrenta una grave crisis de impulso, producción y hasta de envejecimiento.
“Desafortunadamente la falta de rendimiento económico en el sector primario ha dejado a los jóvenes un sinsabor o desinterés por producir, la gente que actualmente trabaja las tierras son personas adultas mayores, pues los jóvenes ya no tienen amor hacia el campo”, alegó.
Además de ello, admitió que las condiciones internacionales también han golpeado al agro, pues el enfrentamiento armado entre Rusia y Ucrania ha abonado para que los precios de fertilizantes químicos se encarezcan.
“Un ejemplo claro es la tonelada de Urea, que anteriormente costaba alrededor de diez mil pesos, ahora los agricultores deben pagar hasta 24 mil 500 pesos por tonelada, somos un país que depende de la importación de ese elemento”, soltó.
Todos esos factores, refirió, demandan la participación de distintas esferas para que logren el impulso agronómico y garanticen la seguridad alimentaria, de tal forma que se produzca con menos inversión, de forma más natural, pero con base a la investigación.