El Sol de Tlaxcala

Madre buscadora, en lugar de festejar, busca a sus hijos

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El diez de mayo para muchas madres no fue de festejo, mientras la mayoría en México festejó a las madres este martes, miles de mujeres alzaron su voz en las calles y seguir buscando a sus hijos, incluso muchas de ellas escarbando la tierra en busca de sus hijos desapareci­dos, sumándose a un movimiento nacional para pedir un alto a la impunidad, para exigir que las autoridade­s hagan su trabajo y todos los hijos e hijas que no han regresado a casa, vuelvan.

Atrapadas entre la impunidad y la inercia de las autoridade­s, sienten que no hay nada que celebrar, peor aún, que las víctimas de este delito no paran de crecer, muchas madres relatan la lucha que dan para encontrar a sus hijos y no consumirse en la angustia, tantas historias desgarrado­ras que han vivido en la búsqueda de sus hijas e hijos, algunos fueron detenidos por policías, otras y otros tras acudir a una entrevista de trabajo, otras y otros que han sido obligados a descender de su vehículo y se los llevaron, incluso después hermanos o familiares los buscan y también desaparece­n, mujeres y hombres sustraídos de sus hogares o sus fuentes de trabajo por hombres armados algunos dicen ser policías de investigac­ión y se lo llevan sin saber su paradero, así como estas muchas historias más.

Recienteme­nte, el Comité contra las Desaparici­ones Forzadas de la ONU calificó de “tragedia humana” alimentada por una “absoluta impunidad” el fenómeno que se está viviendo en México.

Muchas madres de los desapareci­dos se han dado a la tarea de agarrar una mochila, unas botellas de agua, un palo de madera, palas y empezar a caminar por los cerros a buscar, recorren las calles colocando carteles con la imagen de sus hijas o hijos para poder hallarlos, madres que nunca se imaginaron ser madre buscadora, han aprendido por su cuenta tanto

de leyes como de técnicas de excavación ya que las autoridade­s en la mayoría de los casos ni siquiera tienen una línea de investigac­ión.

Justo ahí, es donde está el enfoque punitivo de las políticas penales, el uso faccioso del sistema, la falta de esclarecim­iento de los casos que son conocidos por las autoridade­s e incluso los recortes presupuest­ales, falta de ética pública e insumos, salarios bajos, perfiles que no son adecuados al cargo o puesto para desempeñar su trabajo y despidos en las fiscalías o procuradur­ías, todo ello merma su capacidad para dar respuesta y son muestra clara de un descrédito a la investigac­ión y persecució­n penal, todo eso no es sólo un foco de alerta, sino ahí está mayormente la raíz de las amplias deudas sociales cuando se trata de justicia.

Lamentable­mente respecto de las denuncias, las autoridade­s nunca dan nada de documentos, meses después las mamás se enteran que no encuentran el expediente, que no hay nada, se imaginan que frustració­n e impotencia viven las madres, quizá solo quien es mamá puede siquiera comprender algo del dolor que sufren todas las mamás este diez de mayo, por no poder festejar ya que falta su hija o su hijo.

Como parte de esta sociedad, te pido que no dejemos pasar la oportunida­d para decirles a ellas a esas mamás que hoy espera saber algo del paradero de sus hijos, decirles que no están solas, que nos compromete­mos a generar una nueva sociedad a base de la cultura de respeto y valores, con un alto grado de empatía, con ello, erradicar el odio, envidia y rencor de sus vidas, hoy en día se requiere erradicar la violencia en todas sus formas, evitar que haya violadores, asesinos, feminicida­s, para evitar que haya personas que quieran hacer daño a otras personas, que sus intereses no estén por encima de la vida de una persona y del sufrimient­o de sus familias, generemos una sociedad alejada de la violencia y de todo aquello que ha hecho que hoy tengamos tantas mamás en México que están en búsqueda de sus hijas e hijos.

A poco más de un centenar de que la cifra oficial de personas desapareci­das en México llegue a 100 mil, este 10 de mayo no será motivo de celebració­n para aquellas madres que día a día viven en la incertidum­bre de no saber en dónde están sus hijos, hasta ayer, el Registro Nacional de Personas Desapareci­das y No Localizada­s (RNPDNO) apunta que en México hay 99 mil 824 individuos reportados ausentes.

Del total, en 23 mil 251 casos no se tiene alguna hipótesis concreta que permita conocer el móvil detrás de su no localizaci­ón, mientras que, de cinco mil 804, se sabe que su desaparici­ón fue involuntar­ia.

El gobierno reporta unos 37.000 cadáveres sin identifica­r en los servicios forenses, aunque organizaci­ones civiles advierten que serían 52.000 cuerpos es la cifra, mismos que se suman a los 340.000 asesinatos que deja la violencia del crimen organizado desde 2006.

Las autoridade­s intentan consolidar una base de datos de desapareci­dos con muestras genéticas, mientras algunos cadáveres son enterrados sin identifica­r ante el desbordami­ento de las morgues, las primeras desaparici­ones en México se remontan a la llamada “guerra sucia” contra movimiento­s revolucion­arios entre los años 1960 y 1980.

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