Como plaga, descortezador existe desde hace 12 años
De acuerdo con las notificaciones de la Secretaría de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), el gusano descortezador, como plaga, tiene presencia en bosques de Tlaxcala desde 2010, pero fue hasta 2013 cuando incrementaron alarmantemente y las autoridades ambientales empezaron a crear programas para su combate.
Durante la segunda sesión ordinaria del Comité Técnico Estatal de Sanidad Forestal, personal técnico de la Promotoría de Desarrollo Forestal de la Conafor en Tlaxcala, informó que solo el año pasado cerró con un total de mil 619 hectáreas y 41 metros cuadrados de macizo forestal afectado por la polilla.
Dijeron que en 2010 fueron seis notificaciones con una superficie afectada de apenas dos hectáreas 39 metros cuadrados; en 2011 se incrementó a 15 notificaciones y una afectación de 102.02 hectáreas; en 2012, fueron 29 notificaciones y una superficie de 605.32; en 2013, 37 notificaciones cuyo daño fue de mil 122.09 hectáreas.
Para 2014, refirieron que fueron dañadas 822.69 hectáreas de bosque; en 2016, 12 documentos con una afectación de mil 39.94 hectáreas; y en 2016, cinco notificaciones con un perjuicio de 65.18; y en 2017 registraron tres notificaciones con 0.79 metros dañados.
Ya en 2018 comentaron que la Conafor recibió dos notificaciones con 55 hectáreas dañadas; pero en 2019 aumentaron a 12 con 70.80 afectadas; en 2020 creció el número a 83, cuyo deterioro ecológico fue de 814.78 y en 2021 el crecimiento de notificaciones fue alarmante al alcanzar las 307 con mil 619 hectáreas y 41 metros cuadrados perjudicados.
Además del descortezador, resaltaron, existen otras problemáticas en los bosques de Tlaxcala, entre ellas destacan las plagas forestales por defoliadores, barrenadores de yemas y brotes barrenadores de conos y semillas, así como los chupadores de savia y las plantas parásitas como el muérdago enano.
En cuanto hace a las plantas parasitas, detallaron, fue solo en tres años cuando se acentuó la problemática, ya que en 2016 recibieron 21 notificaciones, en 2017 un total de 24 registros y en 2018 fueron 47 de ellas. Esos registros muestran que en ese periodo se incrementó el estrés de los árboles.