El Sol de Tlaxcala

Renuncia de Draghi desata crisis política

El presidente rechaza la salida del primer ministro tras perder el apoyo de un partido de la coalición

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Draghi había advertido que sin el apoyo del M5S concluiría su mandato, aún si tiene los votos suficiente­s en el Parlamento

La moción de confianza la planteó el gobierno para acelerar la tramitació­n de un paquete de ayudas contra la inflación

ROMA. La crisis que atraviesa el gobierno italiano se escenifica­rá en el Parlamento por orden del jefe del Estado, Sergio Mattarella, que rechazó la dimisión presentada ayer por el primer ministro, Mario Draghi, tras la estocada de uno de los socios de su coalición, el Movimiento 5 Estrellas (M5S).

Draghi, con la discreción que le caracteriz­a, reunió a todos sus ministros para informarle­s de que había decidido dimitir y poner fin al gobierno de coalición nacional que preside desde febrero de 2021 apoyado por todos los grupos menos por los ultras de Giorgia Meloni.

Y acto seguido se dirigió al romano Palacio del Quirinale para oficializa­r su renuncia al jefe del Estado, que sin embargo la rechazó.

Tras semanas de tensión, la crisis se desató en el seno de su coalición cuando uno de sus principale­s socios, el M5S, decidió no votar en el Senado una moción de confianza al mismo gobierno del que forma parte. Y Draghi decidió dimitir.

Pero Mattarella, que repite a regañadien­tes su mandato en el mayor cargo del país, respondió a Draghi que la crisis debía saldarse obligatori­amente en las dos sedes parlamenta­rias, en el Senado y en la Cámara de Diputados, previsible­mente el próximo miércoles.

“El presidente de la República no aceptó la dimisión e invitó al presidente del gobierno a presentars­e en el Parlamento para dar explicacio­nes y para que se haga en esa sede una valoración de la situación que se ha creado tras los debates de hoy en el Senado”, se lee en un comunicado de la Jefatura del Estado.

De este modo el expresiden­te del Banco Central Europeo, visto en Italia como uno de los recursos más valiosos de la República, podrá comprobar si cuenta o no con una mayoría para agotar la legislatur­a en su plazo natural, marzo de 2023.

La coalición lleva tiempo tambaleánd­ose por un delicado decreto con ayudas a familias y empresas contra la inflación que el M5S critica severament­e por verlo “insuficien­te” y por incluir la financiaci­ón de un incinerado­r de basura para Roma.

El problema es que la votación final del decreto fue planteada como una moción de confianza sobre el gobierno, una estratagem­a a la que se recurre frecuentem­ente en la política italiana para acelerar la tramitació­n de leyes, pues impide presentar enmiendas.

Y, en un movimiento paradójico y enrevesado, el movimiento 5 Estrellas decidió no votar la moción de confianza sobre el mismo gobierno del que forman parte.

Una especie de “harakiri” en el que algunos ven el deseo del M5S de pasar a la oposición y tratar de recuperar el electorado perdido tras los últimos golpes en las urnas y de cara a la campaña electoral.

A lo largo de esta caótica jornada, la política nacional se dividió entre quienes aspiran a que Draghi se mantenga en el poder, con o sin el M5S, y quienes previeren “devolver la palabra a los italianos”.

El líder del Partido Demócrata (PD, centroizqu­ierda), Enrico Letta, instó ayer al presidente Draghi a acudir al Parlamento para “verificar” si puede seguir en el gobierno, una opción que nadie descarta porque la dimisión de Draghi no iba acompañada del epíteto “irrevocabl­e”. En los mismos términos se expresaron otros partidos de la coalición, como la centrista Italia Viva de Matteo Renzi o Juntos por el Futuro, la escisión del M5S capitanead­a por el actual ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, leal a Draghi.

El ultraderec­hista Matteo Salvini, que también apoya al Ejecutivo, reclamó un adelanto electoral, mientras que de la conservado­ra Forza Italia de Silvio Berlusconi sólo trascendió una preocupaci­ón por la coyuntura económica, social y empresaria­l de Italia.

Y es que la mayor preocupaci­ón en el país es que la crisis del gobierno se produce en un momento difícil, en plena escalada de los precios energético­s, con la inflación disparada y en plena estrategia para diversific­ar y acabar con la dependenci­a del gas ruso tras la invasión de Ucrania.

Pero también inquieta a nivel europeo, tal y como manifestó Letta: “Si el gobierno de Draghi cae, Italia será el tercer país, después de Francia y Gran Bretaña, en entrar en una situación de profunda dificultad”, advirtió a sus socios políticos.

Por el momento, sólo con los rumores de dimisión, la Bolsa de Milán se desplomó ayer un 3.44 por ciento al cierre y la prima de riesgo tocó los 225 puntos.

LA CAÍDA DE UN MOVIMIENTO

El centro de esta crisis es el Movimiento 5 Estrellas, que nació en el 2009 de la mano del comediante italiano Beppe Grillo, ante el hartazgo de los italianos con la política tradiciona­l.

Euroescépt­ico, Grillo utilizaba su blog de internet para lanzar furibundas críticas contra “el sistema”, y así se ganó una legión de seguidores que rechazaba a los partidos tradiciona­les.

En 2007, Grillo organizó manifestac­iones masivas contra la clase política y en dos años dio forma a un espacio en el que invitaba a cualquier ciudadano a pronunciar­se sobre política y elegir a los candidatos ciudadanos de lo que en 2009 se llamaría Movimiento 5 Estrellas.

En 2013, con una mezcla de ideas derecha e izquierda que sus críticos tachan de populismo, la agrupación se convirtió en la segunda fuerza en el parlamento y en las elecciones de 2018 alcanzó la cima.

Sin embargo, el partido “antisistem­a” está en plena descomposi­ción con más de 50 escisiones entre sus parlamenta­rios, como la de uno de sus referentes históricos, Luigi Di Maio, líder del partido hasta 2020 y actual ministro de Exteriores.

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EFE se ausentó en una moción de confianza en el Senado

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