El Sol de Tlaxcala

Con senderismo, promueven familias cuidado del ambiente

- ARMANDO PEDROZA

A través del grupo Raptors Adventure Cross Training, familias tlaxcaltec­as y de otros estados de la República mexicana hicieron una caminata nocturna de seis kilómetros por el Cerro Blanco de Santiago Tepeticpac, municipio de Totolac.

La intención, dijo Roberto Cano, organizado­r del evento, es fomentar la activación física de las personas en los lugares naturales de Tlaxcala, pero sobre todo, promover el respeto a la ecología y lugares históricos.

Y es que durante el trayecto que comenzó cerca de las 18:30 horas desde las faldas de la colina pertenecie­nte al municipio de San Juan Totolac, los senderista­s visitaron una de las primeras iglesias construida­s en Tlaxcala.

Se trata de un centro ceremonial levantado en 1533, pero un fuerte ventarrón la derribó y fue demolida en 1552, según historiado­res.

Actualment­e, el templo luce con paredes que se restauraro­n con piedra de la misma zona arqueológi­ca y en su acceso cuenta con nuevas vigas.

Ahí, la vista del valle de Tlaxcala destaca en todo su esplendor cuando el sol está por ocultarse, aunque en una parte de sus alrededore­s hay pequeños sembradíos que de forma irregular se han plantado.

Después, la caminata siguió hasta la zona arqueológi­ca de Tepeticpac, donde los guías de la excursión dieron instruccio­nes a los participan­tes de no subir a las pirámides para evitar daños en los vestigios.

Según el Instituto Nacional de Antropolog­ía e Historia, esta antigua ciudad que prosperó en lo alto de los cerros Cuauhtzi, El Fuerte y Tlaxistlan, es considerad­a el primero y más venerado de los altepemeh (unidades territoria­les) que formaban la confederac­ión de Tlaxcallan a la llegada de los españoles.

Asimismo, a unos 300 metros abajo se encuentran otras ruinas, lugar de avistamien­to de luciérnaga­s que están en proceso de cortejo, que según los especialis­tas, los machos vuelan en busca de pareja mientras emiten secuencias de destellos de luz. Del mismo modo, las hembras (incapaces de volar) responden con unos destellos específico­s que llevan finalmente al apareamien­to.

Además, los excursioni­stas pasaron por el “Camino de la Serpiente”, la “Caída del Diablo”, el “Bosque de las Brujas” y el mirador para admirar el panorama de una noche fresca desde el cerro.

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/ARMANDO PEDROZA Espectacul­ar, la panorámica desde el Cerro Blanco de Tepectipac, en Totolac

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