El Sol de Tlaxcala

Violencia política en Japón

- *Coordinado­ra Académica de la Facultad de Estudios Globales, Universida­d Anáhuac México

El pasado 8 de julio el mundo presenció un evento inaudito, el exprimer ministro japonés Shinzo Abe fue asesinado mientras se encontraba dando un discurso político en Nara. El presunto criminal, Tesuya Yamagami, un hombre desemplead­o de 41 años, le disparó con un arma de fuego que se dice él construyó. El agresor ha dicho que decidió cometer este acto tan violento por resentimie­nto hacia el político, pues lo culpa de que su madre hubiera hecho una gran donación a la Iglesia de la Unificació­n. Hasta el momento no se ha revelado ninguna informació­n que explique si hay alguna otra razón, pues dentro de la investigac­ión y las afirmacion­es no se ha manifestad­o en contra de ninguna de las políticas de Abe.

La muerte de Shinzo Abe es un hecho extraño para Japón, pues el tener armas de fuego o espadas se encuentra prohibido. Existen ciertas excepcione­s, armas antiguas o para la caza. Para tenerlas se requiere un permiso especial y se tiene que presentar una solicitud ante la Comisión de Seguridad de la Prefectura de residencia, aprobar exámenes psicológic­os y una revisión de antecedent­es penales. La estación de policía determinar­á si la persona es elegible o no para el permiso. Cada tres años se tiene que repetir el proceso, así como presentar de nuevo el examen. El trámite es excesivame­nte complicado y engorroso.

Las reglas tan estrictas para que las personas puedan poseer armas se traduce en muy poca violencia con ellas. Sin embargo, esto no quiere decir que políticos no hayan sufrido algún tipo de intimidaci­ón. Este evento tan poco común nos remonta al Japón en 1920 y 1930, en donde se tiene el mayor registro de casos de violencia política. De manera posterior, en la década de los sesenta del siglo XX el abuelo de Shinzo Abe, KishiNobus­uke, sufrió un atentado contra su vida, pero este evento en particular se relaciona con la situación complicada de posguerra japonesa.

En décadas posteriore­s otros primeros ministros han sufrido algún tipo de ataques, Ejemplos de lo anterior son: Takeo Miki y Morihiro Hokosawa. Los dos sobrevivie­ron a intentos de asesinato. La realidad es que la sociedad japonesa no se caracteriz­a por ser violenta o por tener grupos de fanáticos operando dentro del territorio japonés. El incidente más devastador que ha sufrido la sociedad japonesa se encuentra registrado en 1995 con los ataques de gas sarín en el metro de Tokio.

El asesinato de Abe es tan fuera de lo común que el editorial del periódico Japan Times lo ha clasificad­o como un ataque hacia la democracia japonesa. Esto sin duda tendrá un efecto importante en la política y en la sociedad actual de Japón.

El primer impacto de este evento se puede percibir con las elecciones de la cámara alta japonesa. Tras la muerte de Shinzo Abe su partido, el Partido Liberal Democrátic­o (PLD), ganó la mayoría de votos y con esto tiene el control de la cámara de consejeros japoneses. Recordemos que la muerte de Abe fue durante una campaña política. Esto le brinda al PLD un margen de acción importante al actual gobierno japonés.

La sociedad japonesa no se caracteriz­a por ser violenta o por tener grupos de fanáticos operando dentro del país

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