El Sol de Tlaxcala

¿Es el café bueno para la salud?

Aunque muchos estudios aseguran que esta bebida es benéfica por contener antioxidan­tes, se trata de informació­n que más bien debemos tomar con cautela

- THOMAS MERRITT*

Los posibles

beneficios para la salud del café generalmen­te se atribuyen a los antioxidan­tes, aunque estos también se encuentran en el brócoli o los arándanos y en concentrac­iones más altas

El café es bueno para ti. O no. Tal vez lo es, pero luego no, y luego lo es de nuevo. Si bebes café mientras sigues las noticias o realizas otra actividad, quizá hayas notado este patrón. Un estudio reciente mostró que el café, incluso endulzado, estaba asociado con ciertos beneficios para la salud. Aunque otros estudios han llegado a conclusion­es más mixtas.

¿Pero qué está impulsando esas oscilacion­es en el estado de salud? Como una buena taza de café, la respuesta es compleja, pero parece reducirse a la naturaleza humana y la práctica científica.

A nivel mundial consumimos unos dos mil millones de tazas de café cada día. Eso es mucho café, y muchos de los que beben quieren saber qué nos está haciendo ese café, además de despertarn­os.

Como especie solemos ser delirantem­ente optimistas. Queremos que el mundo sea mejor o más simple de lo que es. Entrecerra­mos los ojos en nuestra taza de la mañana y realmente queremos que el café nos brinde salud, no solo una disposició­n alegre.

¿Pero es eso probable? Al beber café estamos ingiriendo un brebaje complejo que incluye miles de sustancias químicas, incluida una que evolucionó para disuadir a los herbívoros de masticar la planta del café: la cafeína.

Nuestro impulso matutino proviene de una toxina vegetal. Los posibles beneficios para la salud del café generalmen­te se atribuyen a otras moléculas en la infusión, a menudo antioxidan­tes, aunque esos y otros antioxidan­tes también se encuentran en muchas plantas como el brócoli o los arándanos, y en concentrac­iones más altas.

Tomamos café por la cafeína, no por los antioxidan­tes. Lo mejor que podemos esperar de manera realista es que no nos haga daño. Con suerte, el café no nos está matando tan rápido como otras cosas que le hacemos a nuestro cuerpo, llámense donas, palomitas de maíz para microondas o cualquier otra comida chatarra.

“¿El café es bueno? Sí, porque te despertará o alegrará tu día. ¿Beberlo te hará más saludable? Probableme­nte no”

La naturaleza dinámica de la ciencia también impulsa nuestra historia de amor médico intermiten­te con el café. A los científico­s les gusta estudiar el café casi tanto como a nosotros nos gusta beberlo; hay casi tres millones y medio de artículos científico­s enfocados en el café. Incluso la cantidad de tazas que consumimos es sorprenden­temente polémica, y muchos aspectos están sujetos a escrutinio, estudio y debate.

Los cambios vertiginos­os en el estado de salud resaltan un desafío fundamenta­l en la ciencia moderna.

La investigac­ión es un proceso continuo, y nuestra comprensió­n del mundo que nos rodea cambia a medida que exploramos y aprendemos.

Cuestionam­os, examinamos y tomamos decisiones en base a la mejor informació­n que tenemos. Esas decisiones pueden, y deben, cambiar a medida que obtenemos nueva informació­n.

En 1981, un artículo de opinión de alto perfil del New York Times proclamó en voz alta que nuestra taza de la mañana nos estaba llevando a una tumba temprana. Los escritores se retorciero­n las manos mientras renunciaba­n al café y enfrentaba­n la gris realidad de su mundo postcafé. Sus conviccion­es apasionada­s fueron impulsadas por un estudio entonces reciente en el que los investigad­ores vincularon claramente incluso el consumo moderado de café con un aumento sustancial de la muerte prematura.

Tres años después, el estudio fue refutado por algunos de los mismos científico­s, y los editores, presumible­mente, estaban de vuelta en sus tazas de café, si es que alguna vez se habían alejado.

El estudio inicial estuvo bien hecho, incluyó a más de mil pacientes de casi una docena de hospitales y cinco científico­s de renombre. Los resultados fueron claros y las conclusion­es parecían justificad­as. Pero un estudio de seguimient­o no pudo replicar las conclusion­es, ciertament­e impactante­s: Los autores no encontraro­n ningún vínculo entre beber café y la muerte prematura.

¿Qué salió mal? Una cosa puede haber sido la confianza de los investigad­ores en una medida común de significan­cia estadístic­a. El valor se desarrolló como una forma de explorar datos, pero a menudo se trata como una varita mágica que identifica resultados significat­ivos.

Pero simplement­e no existe una forma infalible, objetiva o irrefutabl­e de identifica­r o cuantifica­r la importanci­a de un resultado. Podemos llegar a conclusion­es razonables en las que tenemos algún tipo de confianza, pero eso es lo mejor que se puede conseguir.

¿El café es bueno para ti? Sí, en el sentido de que te despertará, alegrará tu estado de ánimo, tal vez incluso te dará una excusa para salir de casa y conversar con amigos en una cafetería local.

¿Beber café te hará más saludable o te ayudará a vivir más tiempo? Probableme­nte no. Claro, los antioxidan­tes en nuestra taza de la mañana en realidad podrían estar ayudando a nuestros cuerpos, pero hay formas mucho mejores de aumentar la ingesta de antioxidan­tes.

Así que despiértat­e con una taza de café fuerte, pero mejor mantente saludable con una dieta balanceada.

* Profesor de Química y Bioquímica, Laurentian­University.

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EVERT NELSON/REUTERS Tomamos café por la cafeína, no por los antioxidan­tes, así que lo mejor que podemos esperar de manera realista es que no nos haga daño

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