El Sol de Tlaxcala

Participac­ión ciudadana En el

- Brunodavid­pau@yahoo.com.mx catalinanq@hotmail.com @catalinanq

marco de las discusione­s actuales sobre el combate a la corrupción y gobernanza, la rendición de cuentas es un tema frecuente. La misma es una caracterís­tica fundamenta­l de la gobernabil­idad y un principio de la vida pública, un mecanismo de control del poder público que genera confianza entre la ciudadanía y el Estado.

La rendición de cuentas la expectativ­a de dar cuenta de las propias acciones y la capacidad de explicarla­s, asumir una responsabi­lidad y tener la capacidad de expresar los motivos o las razones por las que se realiza una acción.

Esto implica que existe un agente y un foro, que le exige una explicació­n. En esta relación, el agente tiene la obligación de explicar y justificar sus decisiones, éste tiene el derecho de cuestionar­las, evaluarlas y, en su caso, imponerle una sanción cuando éstas no se adaptan a las normas.

Así, la rendición de cuentas forma parte esencial de la democracia entendida como el poder del pueblo, ya que los gobernante­s tienen la obligación de responder por sus decisiones cuando son cuestionad­os por los ciudadanos y por las institucio­nes del Estado con facultades para ello. Esto supone que los ciudadanos cuentan con los elementos necesarios para evaluar el ejercicio del gobierno y cómo ha respondido a las necesidade­s e intereses de la ciudadanía.

La rendición de cuentas tiene tres dimensione­s. Una, la vertical, que se ejerce en las elecciones, cuando los ciudadanos otorgan su voto a una u otro partido político. La segunda, es la horizontal, a cargo de otras institucio­nes gubernamen­tales, facultadas para investigar y sancionar a los servidores públicos por una conducta indebida. La tercera, la diagonal, es también ejercida por los ciudadanos, quienes pueden acudir a diversas institucio­nes gubernamen­tales para obtener un mejor control de la acción gubernamen­tal y se involucran en la creación de políticas, presupuest­os y el control de los gastos públicos.

Las Entidades de Fiscalizac­ión Superior forman parte de la dimensión horizontal de la rendición de cuentas, son el órgano de control externo cuya labor es velar por la legalidad y la regularida­d de las operacione­s financiera­s y administra­tivas del gobierno, considerad­o su

La rendición de cuentas forma parte esencial de la democracia entendida como el poder del pueblo, ya que los gobernante­s tienen la obligación de responder por sus decisiones cuando son cuestionad­os por los ciudadanos y por las institucio­nes del Estado con facultades para ello.

utilidad, economía, eficacia y eficiencia. Pero, además, a través de sus informes de auditoría, brindar informació­n objetiva y confiable a la ciudadanía para que participen en los procesos de toma de decisiones públicas.

Es por ello por lo que las Entidades de Fiscalizac­ión Superior han procurado poner a disposició­n de la ciudadanía informació­n útil y accesible, aprovechan­do las ventajas que brindan las nuevas tecnología­s, e incluso, establecie­ndo canales de comunicaci­ón para realizar una supervisió­n efectiva y brindar mejores resultados e incrementa­r la pertinenci­a y legitimida­d de los procesos de auditoría. La participac­ión ciudadana en la fiscalizac­ión superior genera un valor agregado, es una sinergia que puede aumentar el impacto de las recomendac­iones de auditoría, mejorando la gobernanza y fomentando el desarrollo, así como una mejor satisfacci­ón de las necesidade­s y el interés general.

Para la ASF, ha formado parte de su esencia desde su creación la informació­n que da cuenta de nuestro trabajo transparen­te, el Sistema Público de Consulta de Auditorias es la biblioteca histórica que permite dar seguimient­o de los resultados de nuestros procesos de fiscalizac­ión, además hoy en día se cuenta con una versión ciudadana de las auditorías que destacan los resultados de nuestro trabajo en un lenguaje sencillo y accesible a los ciudadanos.

Sale Delfina,

Alas dos las presentó igual: un dechado de “honestidad”, maestras que han estado en las aulas y que, por lo tanto, con eso es suficiente para estar calificada­s para el cargo. ¡Como si el haber dado clases fuera garantía de conocer la problemáti­ca de la educación y se tuviera —como por ósmosis— la capacidad para dirigir al que se supone uno de los derechos humanos más esenciales!

La SEP en manos de Delfina, como lo vio todo hijo de vecino, fue un desastre. No solo tuvo un subejercic­io exorbitant­e, sino que eliminó las escuelas de tiempo completo, dejando a más de un millón y medio de chiquillos, sin la posibilida­d de comer y aprovechar más horas de estudio.

De salida, lanza el nuevo plan, la “escuela mexicana”, que se impondrá a partir del ya próximo curso escolar, en plan piloto en mil escuelas de la República, 30 por entidad.

Delfina va como candidata al gobierno del Estado de México, contienda que se dará en el 2023 y que, los morenacos tratan de meterse a la bolsa, a como de lugar. Ya se había presentado en las pasadas elecciones, las que perdió, aunque ahora llega reforzada por el respaldo de palacio y la labor de conquista de votos que se ha hecho en ese estado.

Poco importa que se le haya sentenciad­o como delincuent­e, por exigirles a los empleados de Texcoco el 10 por ciento de su sueldo, a su paso como presidenta municipal. Los dineros, por supuesto, fueron a dar a la formación de Morena y a su gurú, López Obrador. La damisela debería estar tras de las rejas y no aspirando a llevar las riendas de la enorme y poderosa entidad. Pero, sus pecados caen en la balanza del tabasqueño, que juzga a sus “adversario­s” con inquina y falsedades, mientras perdona a sus allegados y les garantiza absoluta impunidad.

Leticia Ramírez lleva años en tareas de atención a la ciudadanía y solo practicó la enseñanza hace décadas.

Después se dedicó a la grilla sindical,

entra Leticia. A AMLO le da igual que sea Chana que Juana, la dirigente máxima de la educación en México. Lo que le importa es que lo obedezcan y sigan al pie de la letra sus lineamient­os, así sea a costa de generacion­es perdidas de niños.

Leticia se dedicará a garantizar los sufragios del magisterio y su verdadera responsabi­lidad quedará acéfala o en manos de personajil­los radicales afines al Foro de Sao Paulo. Mientras, la infancia nacional permanece en el rezago educativo, la pérdida de aprendizaj­e y el abandono. Al emperador lo que le interesa es un pueblo de borregos.

bajo las siglas de la CNTE, brazo rijoso del gremio, perjudican­do a los alumnos de varias entidades, con la falta de clases y sus tantas tropelías.

La Unicef acaba de declarar que habrá una generación perdida por el rezago educativo y que México tiene que poner especial atención en regulariza­r el nivel básico y atender la pobreza y la nutrición.

Imposible que se cumpla con esta premisa con un plan elaborado por el tal Marx Arriaga y un grupúsculo de sus compinches, sin consultar a los auténticos expertos nacionales y que únicamente apoya el adoctrinam­iento y un intento de regreso al marxismo más obsoleto. La pandemia alejó de la escuela a miles y miles de niños y adolescent­es, que perdieron cuando menos, dos cursos completos.

Al regreso presencial a clases, un espeluznan­te porcentaje, no lo hizo. De aquí la urgencia de recuperar el tiempo perdido y solventar la grave pérdida por el virus.

Leticia se dedicará a garantizar los sufragios del magisterio y su verdadera responsabi­lidad quedará acéfala o en manos de personajil­los radicales afines al Foro de Sao Paulo. Mientras, la infancia nacional permanece en el rezago educativo, la pérdida de aprendizaj­e y el abandono. Total, al emperador lo que le interesa es un pueblo de borregos.

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