El Sol de Tlaxcala

Desbordan clínicas en Florida por el veto en estados vecinos

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Una mujer

MIAMI. La doctora D. nunca ha tenido tanto trabajo como ahora. La clínica de abortos donde ejerce, en Jacksonvil­le, Florida, está desbordada por la llegada de pacientes de estados vecinos, desde que éstos restringie­ron fuertement­e la interrupci­ón voluntaria del embarazo aprovechan­do una polémica decisión de la Corte Suprema estadounid­ense.

“Antes veía a unas 25 pacientes en un día típico de trabajo, ahora atiendo a unas 45. Hay mucha demanda”, lamenta esta médica que prefiere guardar el anonimato por temor a recibir amenazas de militantes antiaborto.

Pese a que redujo en julio de 24 a 15 semanas el plazo para abortar, Florida es ahora uno de los lugares más permisivos para interrumpi­r el embarazo en el sureste de Estados Unidos.

A su alrededor, otros estados de mayoría conservado­ra como Louisia

La nueva ley de Florida exige que dos citas con al menos 24 horas de diferencia antes de someterse a un aborto

na, Mississipp­i, Alabama o Georgia han prohibido casi por completo esa práctica o reducido su plazo a seis semanas, después de que la Corte Suprema anulara a nivel federal ese derecho.

La decisión ha llevado a numerosas mujeres a viajar a clínicas de Florida, entre ellas una propiedad de la ONG Planned Parenthood, de los mayores centros de servicios reproducti­vos.

Ayer, proveedore­s y defensores del aborto presentaro­n ante la Corte Suprema de Florida una impugnació­n a la ley que prohíbe el aborto después de 15 semanas de gestación, ante el “devastador daño” que está causando.

Facebook, Apple y Google recibieron más de 123 mil solicitude­s de datos por parte de fuerzas del orden en EU y entregaron informació­n en la mayoría de los casos, según informes de transparen­cia publicados por las empresas.

Facebook causó indignació­n en Estados Unidos por colaborar con la policía en la investigac­ión de un caso de aborto, una actitud que provocó acusacione­s de que la plataforma es una herramient­a para reprimir esta práctica.

La ira creció cuando la red social entregó a la justicia mensajes que una madre envió para ayudar a su hija a abortar.

Jessica Burgess, de 41 años, fue acusada de ayudar a su hija de 17 a interrumpi­r su embarazo en Nebraska. Ahora se enfrenta a cinco cargos. Uno de ellos bajo una ley de 2010 que solo permite abortos hasta las 20 semanas de gestación.

Pero este caso no es el primero. En 2017, Lattice Fisher, una mujer de Misisipi, fue acusada de homicidio en segundo grado por abortar. Una de las principale­s pruebas en su contra fue una entrada en su historial de búsqueda de pastillas Misoprosto­l, un fármaco usado para provocar el aborto.

“La informació­n más poderosa que más ha sido instrument­alizada en contra de las personas son sus propios pensamient­os (…) lo que ponen en un mensaje de texto o lo que escriben en un buscador”, dijo a Efe Cynthia Conti Cook, abogada especializ­ada en derechos civiles.

Las autoridade­s también se saltan a intermedia­rios. Según un informe de la ONG Upturn, miles de departamen­tos de policía del país usan herramient­as forenses que les permiten extraer todos los datos de un dispositiv­o móvil, y en muchos casos no esperan a obtener una orden judicial para inspeccion­ar los celulares.

En el Congreso ha habido varios intentos sin éxito de aprobar normativas que aumenten el derecho a la intimidad y limiten el uso que se puede hacer de los datos recopilado­s en redes o en los móviles.

“No hay mucho que puedas hacer para protegerte que no sea lanzar tu teléfono móvil al mar. Y esa no es una opción para muchos de nosotros”, dijo a Efe India McKinney, directora de Asuntos Federales en la fundación Electronic Frontier.

“La informació­n más poderosa en contra de las personas son sus pensamient­os en un mensaje”

CYNTHIA CONTI COOK ABOGADA DERECHOS CIVILES

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