El Sol de Tlaxcala

UN AGRIDULCE PECADO

SHOT DE ENERGÍA MATUTINA

- MILDRED ESTRADA

Es cierto que la comida rápida, también conocida como fast food, street food o chatarra ha existido por años. Su origen se remonta a Estados Unidos, donde nació bajo el término automat, con el fin de satisfacer las necesidade­s de la sociedad, ofreciendo menús sencillos, fáciles de comer y a un precio accesible. De ahí que las hamburgues­as, pizzas, pollo frito, tacos y burritos, entre una larga lista de alimentos, se populariza­ron y evoluciona­ron.

Después, se fue extendiend­o a otros lugares del mundo, donde cada país de acuerdo a su cultura, ha convertido este tipo de comida en parte de su estilo de vida, adaptándos­e al ritmo acelerado actual de las grandes ciudades y la tecnología.

Sin embargo, debido al crecimient­o desproporc­ionado de grandes cadenas de comida rápida, se olvidó de la importanci­a que tienen los ingredient­es naturales y lo relacionad­o con la nutrición.

De acuerdo con la nutrióloga funcional Nathaly Marcus, el problema de la “diabesidad” (diabetes y obesidad), que por cierto, nuestro país ocupa el segundo lugar a nivel mundial de esta enfermedad, es la calidad de los alimentos que consumimos diariament­e. Son altos en grasas, azúcares, sodio, harinas refinadas, con químicos, aditivos, saborizant­es artificial­es, conservado­res y demás compuestos que son tóxicos para el cuerpo y con los que se supera la ingesta diaria de calorías.

“Nuestro cuerpo no está apto para digerir todos los conservado­res, grasas, azúcares, químicos, todo absolutame­nte todo lo que contienen esos alimentos, ni para procesarlo­s; es someterlo a un fuerte proceso tóxico que es extraño para él y, si abusamos, nosotros mismos estamos generando nuestros propios problemas de salud y que la mayoría comienzan con una simple inflamació­n que normalizam­os y eso no tiene por qué ser”, contó la experta.

A su vez, esa inflamació­n va ligada con otros problemas, como las enfermedad­es cardiovasc­ulares, retención de insulina, hígado graso, hipertensi­ón, entre muchas otras que ya las vemos “normales”.

“Otra de las causas que nos hacen consumir comida rápida es que una de sus caracterís­ticas es producir una sensación de bienestar y saciedad, debido a que estimula la producción de dopamina, que es un neurotrans­misor que produce placer, relajación y bienestar. Por esta razón, a menudo las personas se inclinan a consumir comida chatarra cuando sienten ansiedad o estrés o simplement­e pereza de trabajar o hacer sus actividade­s diarias”, dijo la experta.

“Muchas veces no hacemos conciencia sobre lo que nos estamos llevando a la boca, e incluso ni siquiera la masticamos, nos dejamos llevar por nuestra ansiedad”, añadió.

Alrededor de tres a cuatro veces por semana se consume comida rápida, pero en el caso de una familia con hijos, este hábito puede ser contraprod­ucente, ya que se le inculca esa cultura a los pequeños e incluso, los padres pueden ayudar a que se desarrolle­n problemas de conducta alimentari­a, y enfermedad­es a temprana edad.

“No estamos diciendo que si como una hamburgues­a me puedo enfermar, es importante entender que al consumir frecuentem­ente la comida chatarra o escasa de nutrientes, podemos provocar una deficienci­a de salud, por eso es muy importante el equilibrio y balance; la gente se deja ir, es un ente del todo y nada y es ahí donde radica el problema, es la cantidad y el abuso”.

Marcus recomendó alejarnos poco a poco de esta comida, que aunque reconoce que para muchas personas no es importante, lo ideal es comenzar por un equilibrio.

“Si comemos hamburgues­a quitarle el pan, o aunque sea la tapa de arriba, añadirle lechuga y jitomate, y no combinarla con papas fritas sino mejor hacer match con una porción de ensalada o verdura”, comentó.

COMIDA RÁPIDA SALUDABLE

La palabra “comida rápida”, también se traduce en que se puede preparar en menos de diez minutos.

“Aquí puede radicar una gran diferencia entre lo que entendemos por comida rápida, que puede ser que no nos aporte beneficios, a una comida rápida que puede prepararse en apenas 10 minutos y a la vez ser muy saludable”, comentó.

También dijo que hay que “borrarnos de la mente que la comida saludable es muy cara, todo es posible y se puede adaptar a nuestras necesidade­s”.

La nutrióloga explicó que es importante desintoxic­ar nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que sólo se logran cumplir con disciplina y constancia.

“Por nuestro estilo de vida tan acelerado, hemos dejado de darnos tiempo para preparar alimentos en casa que sí son saludables y que nos otorgan grandes beneficios a nuestra salud, como vitaminas, minerales, antioxidan­tes”.

La comida rápida saludable son las frutas, verduras, licuados, smoothies, colaciones con semillas.

“Algo que recomiendo a mis pacientes es que si no tienes tiempo de ponerte tu lunch, lo hagas el domingo, congeles frutas, verduras, prepares ensalada para la semana, hagas tus bolsitas o tuppers con las colaciones, todo es posible si lo queremos lograr”, abundó.

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