ENTRE PIERNAS Y TELONES
Es
HUGO HERNÁNDEZ
Piñata drink
Así como estalla la piñata que está en el escenario, exactamente así han estallado los géneros dramáticos y Piñata drink es un buen ejemplo de ello
Sí, hace ya varios ayeres que es frecuente encontrar historias (teatrales, cinematográficas, literarias…) que no se apegan o limitan a sólo un género, sino que son un híbrido de dos, tres, cuatro… ¡muchos!, como puede verse y sentirse en esta puesta en escena.
Escrita y dirigida por Miguel Narro, Piñata drink es una comedia, farsa, melodrama, thriller, tragedia, cabaret… que atrapa de principio a fin, y que acorde con las características de esos géneros, divierte, sorprende, emociona, angustia, impacta, escandaliza… más lo que cada espectador quiera y pueda agregarle.
La trama de este montaje es simple a primera vista. Un grupo de asesinos se reúne en el excéntrico restaurante mexicano Piñata drink para planear la muerte de un mataperros. Sin embargo, a lo largo de esa juntacomida se irán desvelando relaciones, conflictos, resentimientos, alianzas que no se veían en un primer momento y que cambiarán por completo el rumbo de la situación.
No revelaré más de la trama, que tiene varias vueltas de tuerca que, evidentemente, son imprevistas, pero que, sin embargo, tienen lógica en la enloquecida anécdota que se desarrolla.
Piñata drink es una bocanada de aire fresco. Muy divertida sí, y al mismo tiempo, y paradójicamente, muy inquietante.
Una de sus premisas cuestiona: ¿qué vale más, la vida de un ser humano o la de un animal? Y a partir de ahí muestra una galería de distintos puntos de vista, que llevan al espectador a repreguntarse su propia postura frente a ese cuestionamiento u otros más que se plantean. Al buen trabajo de dramaturgia y dirección de escena, hay que agregarle la estupenda escenografía e iluminación de Alan Sáenz y el vestuario de Melisa Olivares.
Y por supuesto, bravo para los integrantes del elenco: Renata Millán, Roberto Valdez, Mel Fuentes, Héctor Sandoval, Luz Olvera, Pamela Ruz y Alan Escalona. ¡Gran, gran desempeño!
Vivo a unas cuantas cuadras del parque México, en la colonia Condesa, y me ha tocado (y toca) presenciar escenas muy parecidas a lo que vemos en escena en
Piñata drink. Perros con zapatos y abrigos, incluso algunos con joyas; gatos en carreolas; empresas que organizan festejos de cumpleaños (con pastel, gorritos, globos, invitaciones y música incluida)… son el día a día en este parque (y en otros muchos sitios); mientras a unos cuantos pasos hay niños, ancianos, indígenas que piden una moneda, duermen a la intemperie, mendigan, aunque sea, un bocado de comida. Y completan este cuadro restaurantes de lujo, hoteles exclusivos, tiendas costosísimas… ¡así está el mundo!
El teatro siempre ha sido y es espejo de la realidad; ha funcionado y debe seguirlo siendo como una especie de semáforo preventivo de lo que se avecina para la sociedad. Hay quienes ven la realidad como una comedia, otros como tragedia, quizá una farsa, a lo mejor un melodrama, a veces parece más una farsa que otra cosa. Todo es posible...
Piñata drink se presenta los lunes hasta el 29 de agosto en el Foro Lucerna. ¡No se la pierdan!