El blindador de Tomás Zerón
El secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, fue atacado por el Cártel Jalisco Nueva Generación, en junio del 2020, organización que envió más de 20 sicarios que detonaron más de 400 municiones de alto impacto durante la ofensiva en la exclusiva y vigilada Lomas de Chapultepec. Lejos de preocuparle este tema al empresario José Ramón Abraham Matuk, propietario de la empresa Abate Autos Blindados, presumía abiertamente cómo blindó los vehículos que utilizaba uno de los servidores públicos más eficientes del gobierno de Claudia Sheinbaum.
El blindaje era nivel 5 plus para detener municiones de AR15 y 7.62 por 51 dentro de la norma, aseguraba Ramón Abraham, quien olvidaba que varios funcionarios y hasta un civil perdieron la vida y otros estaban en terapia intensiva. Lo importante era aprovechar el momento y tratar de vender sus servicios a más corporaciones de seguridad nacional. El blindador jamás reparó en las investigaciones que realizaban las autoridades federales y de la Ciudad de México. Lo peor es que varias balas impactaron a Omar García Harfuch, además de que se comprobó que la rapidez con la que llegaron las patrullas y el apoyo que tuvo su equipo para resistir el ataque fue parte fundamental para salvarle la vida al secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX.
La historia empresarial de Ramón Abraham podría quedarse en esta anécdota que le causó mucha molestia a las autoridades del gobierno de Claudia
Sheinbaum, sin embargo, se avecina un escándalo de unas dimensiones mayores para este polémico proveedor.
Tras la captura y orden de prisión preventiva de Jesús Murillo Karam por las presuntas omisiones y errores con los que manejó y presentó “La verdad Histórica” de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ahora las autoridades mexicanas intensificarán la extradición de Tomás Zerón, quien se oculta en Israel del brazo de la ley mexicano. Dentro de estas pesquisas también apunte a Ramón Abraham. Este empresario era conocido desde tiempos de Genaro García Luna como uno de los proveedores consentidos. Años más tarde se coló en el sexenio de Enrique Peña Nieto, vía Tomás Zerón.
Durante su cargo como titular de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, tenía la facultad para hablar a muchas corporaciones de seguridad federales y estatales para recomendar que los contratos de blindaje de vehículos terminarán bajo las empresas propias o cercanas a Ramón Abraham.
El blindador rápidamente se consolidó como el empresario con derecho de picaporte en la PGR. Entraba y salía como si trabajara con quien también manejó la investigación de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Muchos sospechan que son socios de negocios, pero esas indagatorias las realizará la FGR de Alejandro Gertz Manero con ayuda del SAT de
Raquel Buenrostro. Probablemente Ramón
Abraham ya está rompiendo las alcancías para pagar otro tour mediático que le ayude a salir del problema que enfrentará con las autoridades federales y de la Ciudad de México.