El Sol de Tlaxcala

Adiós a una grande de la Época de Oro del cine

La actriz mexicana Anabel Gutiérrez falleció la noche del domingo pasado, en Puebla, a los 89 años

- FROYLAN ESCOBAR LARA

Recostada en la cama, sin preocupaci­ones, agarrada de la mano de una de sus hijas fue como Anabel Gutiérrez falleció la noche del domingo pasado, en Puebla, a los 89 años por causas naturales.

La actriz de la Época del Cine de Oro Mexicano tuvo la fortuna de despedirse ese día de sus familiares, así lo compartió su sobrino, el periodista José Luis Arévalo quien dio el último adiós a la actriz a las 16:30 horas.

“Ayer (domingo) ya nos habían avisado que estaba muy mayor, se sabía que esto iba a pasar, claro, eso no deja de doler. Mi prima nos avisó que teníamos que irnos a despedir y fui con uno de mis hijos y estuvimos con ella como cuatro horas”, afirmó el correspons­al en entrevista exclusiva para Organizaci­ón Editorial Mexicana (OEM).

Uno de los problemas que afectaron la salud de la también comediante, fue el enfisema pulmonar, debido a su adicción al cigarrillo, esto la obligó a utilizar tanque de oxígeno; a pesar de ello, nunca dejó de lado el disfrute de la vida, comentó su sobrino cercano.

José Luis, hijo del músico Pepe Arévalo, aún recuerda con gusto las tardes que vivió con su tía, tanto en la Ciudad de México como en Acapulco, Guerrero donde la actriz tenía un inmueble.

“Yo crecí con mi tía Anabel, vivimos juntos en la misma casa, era una época

donde la familia era muy unida, nos llevábamos de maravilla, pasé muchas temporadas con ella. Después de unos años me fui de México porque era correspons­al de guerra, regresé y compré un departamen­to en Acapulco, pero todos los viajes que realicé siempre estaba con ella”, expresó.

La carrera de Anabelle Rafaela Gutié

La Paloma de Marsella marcó su última aparición en el cine, en 1999, de ahí su llegó a las telenovela­s

rrez Aicua, su nombre real, se remonta a 1949, a sus 16 años cuando participó como extra en la cinta El diablo, no es tan diablo,

le siguieron títulos como Azahares para tu boda (1950), Muchachas de uniforme (1951), El ruiseñor del barrio (1952) y Huracán Ramírez (1953).

Pedro Infante, Andrés Soler, Joaquín Pardavé, Julian Soler, Joaquín Cordero, Dolores del Río y Germán Valdés “Tin Tan” fueron algunos famosos que apadrinaro­n el trabajo de la actriz, en cintas como Deseada (1951), Escuela de vagabundos (1955) y Las aventuras de Pito Pérez

(1957).

Fue en 1980 donde destacó con su personaje de Doña Espotaverd­erona, madre de La Chimoltruf­ia (Florinda Meza) en el programa televisivo Chespirito, de Roberto Gómez Bolaños.

La Paloma de Marsella marcó la última aparición de Gutiérrez en el cine, en 1999; de ahí su trabajo se desarrolló en la pantalla chica hasta 2007 en Lola: Érase una vez, protagoniz­ada por Eiza González; en total sumaron más de 40 proyectos audiovisua­les.

En cuanto a lo personal, a Gutiérrez le sobreviven sus tres hijas Anabel, María de Lourdes y Amairaní; esta última también actriz, que debutó en Marimar (1988); y nietos, entre ellos Macarena García, actriz que participó en Control Z.“

"Todos nosotros estamos orgullosos de ella, formó parte de una familia maravillos­a del medio artístico porque somos muchos los que estamos en esto, la generación dejó muchas cosas, una familia muy prominente, cada quien en su ámbito pero hicieron grandes cosas. Lo más importante es que nos deja un gran legado, deja un gran trabajo en la actuación y futuras generacion­es están siguiendo sus pasos, como Macarena. Ojalá los chavos de ahora volteen a ver su trabajo".

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CORTESÍA@AMAIRANIRO­MEROGU La carrera de Anabelle Rafaela Gutiérrez Aicua, se remonta a 1949

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