Piso (dis)parejo
“Que Dios agarre confesados” a quienes aspiren a una diputación local para las elecciones de 2024. La nueva redistritación aprobada por el Consejo General del INE en sesión extraordinaria, cambió drásticamente el mapa electoral en la mayoría de los 15 Distritos y puso el piso (dis)parejo.
Aunque con los movimientos algunos personajes políticos se verán favorecidos, son más los afectados, entre ellos los actuales diputados locales que tenían en mente buscar la reelección. Por ejemplo, en el caso del Distrito 02, con cabecera en Tlaxco, se ve difícil que la legisladora Diana Torrejón logre la reelección, pues al retirarle Tetla y sumarle al conurbado municipio de Yauhquemehcan, la disputa se pone pareja entre ambas demarcaciones.
Uno que ya se veía y hasta actuaba como diputado es Giovanni Montiel, hijo del experredista y `neomorenista' Gelacio Montiel, quien hasta pidió licencia al cargo de regidor en Tetla para irse como funcionario de la Secretaría de Movilidad y Transportes en Tlaxco, con la clara intención de hacer velada campaña y ganar adeptos, pero sus planes se los arruinó el INE.
En contraparte, al convertirse Tetla en cabecera de Distrito y retirársela a San Cosme Xaloztoc, el alcalde Rafael Coca también ve complicada la posibilidad de ser diputado.
La misma situación le ocurre al exdiputado y exalcalde de Terrenate, Martín Rivera, quien tiene en mente arribar por segunda vez al Congreso. Como dato anecdótico, vale recordar que Delfino Suárez Piedras, oriundo de Tetla, ha sido el único que en su momento logró arrebatarle a Tlaxco la representación popular.
La ecuación también cambió para los actuales legisladores Bladimir Zainos y Miguel Ángel Covarrubias y su futuro político se ve incierto al sufrir un vuelco los distritos 13 y 14, al ser anexados Tepeyanco y Texoloc al Distrito 12, con cabecera en Teolocholco.
Si a eso le sumamos que ya no cuentan con el bien llamado “fondo moches”, con el que operaba sus elecciones, además de que no son bien vistos en Morena pese a que Nueva Alianza y PT son partidos “aliados”, su extinción política podría estar muy cerca.
En Tlaxcala, Huamantla, Apizaco, Chiautempan y San Pablo del Monte no hubo grandes cambios y ahí la pelea será entre liderazgos y estructuras.
Lo que sí es seguro es que a mitad del sexenio lorenista la próxima legislatura tendrá una composición totalmente diferente y ya veremos si el cambio resultó útil para el partido en el gobierno o favoreció a la oposición.
RED BAL
Si la goliza que le dio el América al Cruz Azul dolió hasta el alma, la madrina que Blanca Águila Lima le puso a Guillermo Hernández Medina en la elección interna del Sindicato de la Secretaría de Salud, seguro le caló a sus adversarios hasta el tuétano. Y es que quienes operaron a favor de “Memo” afirman que todavía ni llegaba la elección y su “gallo” ya se había subido a su ladrillo y actuaba como “líder sindical”, regañando a todos y lanzando amenazas.
Se negó a aceptar ayuda porque su “súper asesor” lo tenía controlado todo y trataba a todos con la punta del pie. Ahora tendrá que tragarse su prepotencia, altanería y soberbia. ¿Qué cuentas entregará a su padrino político?
Tal vez a eso se deba que al interior del Gobierno del Estado hay algunos que afirman que siempre sí fue mejor que repitiera Blanca Águila como dirigente, por aquello de que “más vale viejo conocido que nuevo por conocer”.
Con una mujer política con colmillo retorcido, como es Blanca Águila, se abre la puerta para que el gobierno de Lorena Cuéllar pueda entablar diálogo y llegar a acuerdos que sean respetados para bien de los trabajadores del sector, en vez de sentarse con un sujeto que tiene de político lo que Sergio González de vaquero (por aquello de su tejana).
SEAN SERIOS
Bien lo dijo el periodista inglés George Orwell cuyo verdadero nombre fue Eric Arthur Blair (19031950) al citar: “periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás es relaciones públicas”.
Que quede claro: este espacio periodístico es abiertamente defensor de la lucha feminista y de la igualdad de género (basta con revisar lo aquí escrito por más de 10 años para corroborarlo), pero no es cómplice de quienes abrazan una bandera social para beneficio propio o de grupo. ¿Desde cuándo decir la verdad es malo? Incómodo, sí.
Aquí se seguirán llamando a las cosas por su nombre, aunque ello implique perder la ocasión de caer bien y hacer relaciones públicas. Eso se los dejo a otros, que para eso les pagan, y a las pruebas me remito.