El Sol de Tlaxcala

“Tenía la idea muy marcada de que ella estaba para servir a los británicos”

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El 6 de febrero de 1952, la vida de la entonces princesa Isabel de Windsor dio un giro de 360 grados, al enterarse que su padre había fallecido a causa del cáncer de pulmón que padecía y que ella era la sucesora de la corona con tan sólo 25 de edad.

Después de pasar por un periodo de duelo, y de los actos oficiales de la muerte del rey Jorge VI, se realizó su coronación, el 2 de junio de 1953 en la Abadía de Westminste­r. Este acto se convirtió en el gran acontecimi­ento mundial del año y fue la primera retransmis­ión en directo que hizo la BBC.

De acuerdo a la experta en realeza, Eugenia Garavani, quien ha colaborado para Hola TV, Isabel II era una mujer, “muy tradiciona­l, que había vivido con reglas muy conservado­ras, además de que tenía que cumplir con protocolos, también tenía la idea muy marcada de que ella estaba para servir a los británicos y que su vida era en, por y para el servicio”.

Desde entonces se convirtió en una figura muy querida y respetada en todo el mundo. Hasta se puede decir que todo un icono internacio­nal.

Aunque su vida siempre ha sido un misterio, durante todo su reinado que duró 70 años, se fueron despejando algunas incógnitas que giran en torno a su vida personal.

Su nombre completo era Isabel Alejandra María (en inglés, Elizabeth Alexandra Mary) y tuvo una hermana, la princesa Margarita quien falleció el 9 de febrero del 2002.

Nació a las 2:40 horas del 21 de abril de 1926 en 17 Bruton Street en Mayfair, Londres. Fue la primera hija del duque y la duquesa de York, Alberto Federico Arturo Jorge e Isabel BowesLyon, que más tarde se convertirí­an en el rey Jorge VI, y la reina Isabel.

La princesa fue bautizada el 29 de mayo de ese año en la capilla privada del Palacio de Buckingham como Elizabeth Alexandra Mary. Recibió el nombre de su madre, mientras que sus dos segundos nombres son los de su bisabuela materna, la reina Alexandra, y su abuela paterna, la reina María.

En ese momento ocupaba el tercer lugar en la línea de sucesión al trono después de Eduardo, príncipe de Gales (más tarde rey Eduardo VIII) y su padre, el Duque de York. 9 de septiembre de 2022

Sin embargo, nadie esperaba que algún día se convertirí­a en monarca. Se esperaba que Su Alteza Real viviera una vida relativame­nte normal, aunque privilegia­da, con su familia unida y amorosa. Pero todo cambió en diciembre de 1936 cuando su tío, el rey Eduardo VIII, abdicó, dejando a su padre como rey y a ella como siguiente en la línea de sucesión al trono.

Los primeros años de la princesa los pasó en 145 Piccadilly, la casa de Londres que sus padres tomaron poco después de su nacimiento, y en White Lodge en Richmond Park.

La entonces princesa tuvo una infancia feliz, rodeada de sus perros corgis, sus favoritos, y de caballos, considerad­a su segunda pasión. Según las crónicas, su sueño al crecer era convertirs­e en actriz, sin embargo su vida cambió repentinam­ente, debido a que por azares del destino, se convirtió en la heredera al trono británico.

Otros de sus hobbies fueron la lectura y la comida, era una amante del buen comer. Incluso su cena se planificab­a con semanas de anticipaci­ón, le gustaba comer aves que se crían en los palacios, también era aficionada al café, fanática de la mermelada y de los huevos revueltos.

Algo que no es común que se platique en público, es que uno de sus placeres, era degustar de vez en cuando de una copita de ginebra inglesa, con mucho hielo.

Isabel II no asistió formalment­e a la escuela, junto a su hermana la princesa Margarita, fueron educadas en casa como muchas niñas de familias adineradas en ese momento. Sin embargo, fue preparada por los mejores tutores de Inglaterra en su época.

Recibió clases de su padre, así como sesiones con Henry Marten, el vicerrecto­r de Eton. También fue instruida en religión por el arzobispo de Canterbury.

Después de que su padre ascendiera al trono en 1936 y la princesa Isabel se convirtier­a en la presunta heredera (primera en la línea de sucesión al trono), ella comenzó a estudiar derecho e historia constituci­onal como preparació­n para su futuro cargo. También aprendió francés de varias institutri­ces francesas y belgas.

Es una habilidad que resultó muy útil, ya que a menudo tenía motivos para usarla cuando hablaba con embajadore­s y jefes de estado de países de habla francesa, y cuando visitaba áreas de habla francesa de Canadá.

Asimismo, estudió arte y música, aprendió a montar a caballo y se convirtió en una gran nadadora. Ganó el Children's Challenge Shield en el Bath Club de Londres cuando tenía 13 años. La princesa Isabel se inscribió como Girl Guide cuando tenía once años.

Su compromiso con Felipe, Duque de Edimburgo, se anunció el 9 de julio de 1947 y la pareja se casó en la Abadía de Westminste­r el 20 de noviembre de 1947. Alrededor dos mil invitados asistieron a la fastuosa ceremonia.

El reinado de Isabel II fue el más largo de la historia del Reino Unido, superó al de la reina Victoria, su tatarabuel­a, quien estuvo en el trono durante 63 años y 7 meses. A lo largo de su reinado recorrió 120 países, lo que equivale a 42 vueltas completas al mundo.

“Tuvo que evoluciona­r con el tiempo, reestructu­rar a la casa real, tomar decisiones, además se modernizó con la pandemia, trabajó con Zooms, atravesó un golpe muy duro en su vida con la pérdida de su esposo el duque de Edimburgo”. dijo Eugenia Garavani.

De los monarcas más longevos vivos le siguen: el sultán de Brunéi, Hassanal Bolkiah, con 55 años en el trono, y la reina Margarita de Dinamarca, con 50.

Viernes

EUGENIA GARAVANI ESPECIALIS­TA EN REALEZA

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