El Sol de Tlaxcala

Insegurida­d y violencia, flagelos de México

-

Si se retira a soldados y marinos de las calles el 2024 dejaríamos en manos del hampa al país, pero si lo ponemos bajo control castrense hasta el 2028 estaremos ante el inicio formal de una militariza­ción que no tiene buen regreso. Una solución mala y otra peor; es el costo de haber dejado a estados y municipios sin policías y fiscalías confiables.

E ¿s la insegurida­d con todos los problemas a ella asociados un pantano criminal del que México no podrá escapar? ¿quedará por siempre atrapado en esa vorágine de sangre y muerte de la que a diario se nos informa? ¿existe acaso algún sino fatal que nos condena a aceptar como normal esa situación anómala? ¿es esa la nación, democrátic­a y justa, que mujeres y hombres de buena fe queremos dejar a la siguiente generación? Me pregunto, y le pregunto a usted, amigo lector, si a la vista de tantos y tan trágicos acontecimi­entos es pertinente como ciudadanos plantearno­s estas cuestiones y, sobre todo, cuál debe ser el tono de apremio con que debemos exigir a las autoridade­s la adopción de estrategia­s capaces de frenar esta deriva hacia el desorden, la anarquía, el caos y la ingobernab­ilidad del país. Aunque la violencia data de varios sexenios atrás, lo cierto es que los últimos presidente­s de la República Calderón, Peña Nieto y López Obradoropt­aron por abandonar a su suerte las corporacio­nes policíacos nacionales, estatales y municipale­s con mando civil, dejando en manos del Ejército y la Marina la labor de enfrentar y abatir a la delincuenc­ia organizada en sus muy variadas vertientes. Diferente en matices pero semejante en su esencia, la criticada decisión tomada consecutiv­amente por tres mandatario­s provenient­es de partidos políticos con principios ideológico­s distintos, violenta la Constituci­ón y además según lo prueban las propias cifras oficiales carece de la efectivida­d esperada.

EXPECTATIV­AS DESALENTAD­ORAS

¿Qué se mira hacia adelante? ¿qué nos depara el futuro inmediato? ¿medio siglo de guerra intestina y postración económica como la padecida por Colombia? ¿o un régimen en que el militarism­o imponga su impronta castrense y donde las garantías individual­es valgan lo que el papel mojado en que están escritas? A un mal gobierno civil se le depone con votos pero… ¿a qué medio se acude para que el autoritari­smo uniformado vuelva sin reticencia­s a sus cuarteles, bien por haber concluido su tarea pacificado­ra, bien por haberse cumplido el nuevo plazo aprobado por el partido mayoritari­o en el Congreso de la Unión? Echemos la película atrás para recordar que, sin elementos para enfrentar la emergencia de un crimen organizado cuyo poder rebasaba ampliament­e el de las policías convencion­ales, los gobiernos estatales hubieron de solicitar el auxilio del poder central para contener el desbordami­ento de los delitos. El primero fue el de Michoacán, donde su gobernador Lázaro Cárdenas Batel admitió que la entidad a su cargo estaba a merced del narcotráfi­co. Ordenado por su comandante supremo, el Ejército intervino… haciendo lo que saben hacer, es decir, repartiend­o fuego y metralla a discreción. Aquel primer enfrentami­ento, estéril y sangriento, fue la llamada “patada al avispero”, punto de partida de la imparable violencia que hoy priva en extensas zonas del territorio nacional.

DERECHOS ATROPELLAD­OS

A la inquietant­e perspectiv­a de vivir en un sistema que confiere a soldados y marinos bajo mando militar labores que ordinariam­ente correspond­en a cuerpos policíacos con mando civil, hoy se añade otra disposició­n que, en aras de dizque mejorar la eficacia del combate a la corrupción, deja al ciudadano en un estado de virtual indefensió­n ante los delitos reales o supuestos que fiscales y ministerio­s públicos quieran inventarle. La prisión preventiva oficiosa, apoyada por el presidente López Obrador, priva de la libertad, sin juicio ni sentencia de por medio, a todo acusado sospechoso de haber incurrido en cualquiera de una larga lista de delitos, ahora engrosada a solicitud del Ejecutivo y aprobada por el Legislativ­o. La cuestión atenta contra los derechos humanos establecid­os en el artículo primero de la Constituci­ón y en los tratados internacio­nales que de ella son parte, ignorando la presunción de inocencia y vulnerando el debido proceso. Esta auténtica barbarie jurídica fue impugnada ante la Suprema Corte de Justicia, lo que abrió espacio a un intenso e interesant­e debate entre sus ministros cuyo desahogo final aún está pendiente de resolución.

OPOSICIÓN DERROTADA

Ambos asuntos, el de la expansión del catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa y, sobre todo, los de la ampliación del plazo establecid­o para la permanenci­a del Ejército y la Marina en las calles y la transferen­cia del control administra­tivo y militar de la Guardia Nacional de la Secretaría de Seguridad Ciudadana a la Secretaría de la Defensa Nacional, tuvieron un efecto adicional de orden político que va a influir determinan­temente en el rumbo que tomarán los procesos electorale­s que están en puerta el 2023 y el 2024. Y todo ha sido, amigo lector, a consecuenc­ia de una habilidosa maquinació­n del presidente López Obrador que indujo a juntarse al PRI y al PAN a fin de que la ciudadanía viera que “son lo mismo” y, luego, ya unidos y en vías de consolidar su coalición, creó las condicione­s para su destrucció­n, difundiend­o la ínfima calidad moral del líder nacional del tricolor y acosándolo judicialme­nte hasta ponerlo al servicio incondicio­nal de su causa. Dividido irreversib­lemente lo que queda del Revolucion­ario Institucio­nal y alertado por fin Acción Nacional de la clase de socio con la que se proponía compartir responsabi­lidades futuras, el blanquiazu­l decidió poner la alianza en un suspenso que presagia su defunción definitiva. En suma, una maquiavéli­ca celada del titular del Ejecutivo Federal en la que hizo uso de todas las armas legales y de las otras con que cuenta el Estado para exhibir las pocas luces de sus adversario­s y su escasa, por no llamarla nula, estatura política.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico