Logra poner voz a la diversidad mexicana
Luna Marán ha contribuido a la creación de proyectos con una perspectiva comunitaria de género
“El cine mexicano vive uno de sus grandes momentos, no solo porque estamos escuchando otro tipo de historias”
LUNA MARÁN CINEASTA
El Sol de Morelia
MORELIA. Las voces en el cine son muy diversas, ejes, temas, historias, y perspectivas llegan a distintos públicos, y cada día han ido abriéndose paso entre la amplia oferta y competencia comercial. Dentro de las cineastas mexicanas que han ido marcando camino y abriendo puertas para las generaciones venideras, se encuentra Luna Marán, originaria de Guelatao de Juárez, Oaxaca, quien se suma al proyecto de la Organización Editorial de México (OEM), 20 años, 20 mujeres en el FICM,
compendio con el cual celebramos las dos décadas del Festival Internacional de Cine de Morelia, y la importancia de la figura femenina que ha enriquecido a este encuentro cinematográfico.
Pero ¿quién es Luna Martínez Andrade, mejor conocida como Luna Marán? Ella, es parte de la segunda generación de cineastas de su comunidad y ha logrado contribuir, a la formación y exhibición de proyectos culturales en el cine, con una perspectiva comunitaria de género y de representación digna. Además también se ha desempeñado en cuatro cargos comunitarios en su natal Guelatao.
Su paso por el FICM ha dejado huella, pues en 2019, en la edición 17, participó en el Foro cineastas indígenas mexicanas,
posteriormente regresó en 2020, al conversatorio que llevó por nombre: Cineastas indígenas mexicanas: identidad y nuevas narrativas.
“Primero que nada quiero felicitar al FICM por estos 20 años, no es nada fácil sostener un proyecto de cine mexicano, y aquí hay diversidad, han tenido la línea de los Pueblos Indígenas muy presente, abriendo así, la ventana para las distintas culturas que hay en México. Sé que están en su mejor momento pues con todo y pandemia, lograron consolidarse y mantener al público cinéfilo como el que existe en Morelia”.
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No solo son las alfombras rojas y las galas con las que muchos identifican al FICM, pues más allá de eso, existe un proyecto de suma valía que a lo largo de estas primeras dos décadas se ha ido trabajando y proyectando en la televisión pública: la importancia cultural, y la difusión a trabajos y propuestas como el de Luna Marán. “Una de las cosas que son muy afortunadas es el trabajo de promoción cultural que hace el FICM, y ahí están los proyectos que están fuera pero a la par, como Cine para Todxs y el Compendio de cineastas, que son proyectos de promoción al trabajo de las directoras y directores que estamos fuera del estado de Michoacán pero con un alcance nacional”, explicó la Cofundadora del Campamento Audiovisual Itinerante, realizado en su natal Oaxaca, de 2012 a 2019.
Al no radicar ni estar en la Ciudad de México, sino localizarse al interior del país, ¿cuáles han sido los retos a los que se ha tenido que enfrentar para, desde una comunidad zapoteca donde por cierto, nació Benito Juárez, poder cobrar fuerza y hacer eco de la perspectiva comunitaria de género y sobre todo, con representación digna?
“Esta es una pregunta no fácil de contestar, pues para hacerlo, hay que mencionar el racismo que existe en el país, que se ha convertido en un tabú y muchas personas prefieren no hablarlo, yo creo
Ha ido que lo que puede ser complejo para alguien que tiene una historia como la mía, y que la mayoría de las personas de este país tenemos la misma historia, es por provenir de culturas originarias.
"Aunque estoy agradecida de tener una comunidad que me ha enseñado a trabajar y a ser muy responsable con las demás comunidades”.
Respecto a la discriminación que ha vivido, puntualizó: “En este país, el 80% de las personas morenas o prietas, hemos vivido discriminación y quien no lo haya experimentado, ¡que me explique cómo lo hizo! Esto no es un asunto particular, somos muchas personas en México que no hemos tenido garantizada la educación básica, universitaria, o no hemos tenido garantizado el empleo y servicios médicos. El racismo es estructural y cruza todas las áreas de nuestras vidas”.
Para Luna, es de suma importancia crear emociones, retratar la nostalgia y el camino hacia la búsqueda del ser, adicionada con la narración audiovisual.“El arte es el alimento del espíritu y hay muchas formas de alimentarse.
"Está la comida chatarra, la rápida, la tradicional y hay otra balanceada que te alimenta, entonces yo siento que el trabajo que estoy haciendo con todas las personas que me acompañan en estos procesos, es justamente alimentar al espíritu a través de construir memoria histórica, necesitamos representar los conflictos"..