El Sol de Tlaxcala

EXTRATERRE­STRE DE TUTANKAMÓN

GACETA

- GERMÁN MARTÍNEZ GORDILLO

Sociedad Astronómic­a de Puebla Germán Martínez Hidalgo A. C.

El 4 de noviembre de 1922, Howard Carter, cansado por los pocos avances en la excavación, fue notificado del hallazgo de una escalinata que conducía a una puerta sellada. Veinte días después, el 24 de noviembre, tras la llegada del mecenas lord Carnarvon y su hija Evelyn, iniciaron la expedición al interior. Después de romper los sellos, entraron a la tumba, cerrada hacía 3 mil 300 años. Dentro había algunas cámaras, con más de 5 mil objetos dignos de un faraón: instrument­os musicales, alimentos, joyería, piezas de tocador, ropajes, carros, artículos de uso personal y al parecer 413 ushebtis o 365 o 431 según otras fuentes, son pequeñas imágenes del faraón, que cumplirían las tareas en el Más Allá. Debido a su linaje, el faraón no puede rebajarse a semejantes labores y los ushebtis las harán en su lugar.

El 26 de noviembre, Carter, lord Carnarvon, lady Evelyn y Arhur Callender perforaron una puerta, Carter se asomó y Carnarvon le preguntó ¿Ve usted algo?y

él contestó: Sí, cosas maravillos­as.

Pasaron meses clasificando los objetos. Fue el 16 de febrero de 1923 cuando en una nueva cámara, encontraro­n cuatro cámaras funerarias que contenían un sarcófago y dentro tres ataúdes, uno dentro del otro, como pieza final, una momia intacta, cubierta por una hermosa máscara de oro con lapislázul­i, obsidiana, cuarzo, turquesa y pasta de vidrio, con un nemes,

la corona a rayas, y arriba, la cobra y el buitre, que representa­n el Alto y Bajo Egipto.

La tumba perteneció a un joven faraón, de apenas 18 años, Tutankamón. Su tumba es importante por los tesoros hallados, ya que él no tuvo tiempo de pasar a la historia por grandes hazañas.

LA DAGA

Cerca del muslo derecho de la momia, había dos cuchillos o dagas, con exquisitos mangos en oro. Uno de ellos con una cuchilla de 34 cm de largo, hecho de hierro, sin oxidar.

Durante los siguientes años, se descubrió la composició­n imposible de hierro, níquel y cobalto.

En la época del joven faraón, Egipto había pasado la era del Bronce Medio, época en donde nacieron las primeras y precarias técnicas de fundición del hierro, las cuales se caracteriz­aban por una notoria carencia de níquel.

La daga

La máscara

Meteorites and Planetary Science, concluye que la daga de Tutankamón fue hecha con hierro procedente del espacio exterior. Y se sugiere que es la explicació­n para un jeroglífico traducido como “material venido del cielo”. Es probable que los egipcios hayan visto meteoritos caer y encontraro­n en ellos metales, se hace evidente que su procedenci­a celeste le otorgaba enorme importanci­a, tal vez un regalo de los dioses.

No es la primera vez que hierro del antiguo Egipto es relacionad­o con material venido del espacio.

En la ciudad de Gerzeh, 70 km al sur de El Cairo, se descubrió en 1911 una tumba de 5 mil años de antigüedad, en donde la persona enterrada tenia un collar con “perlas” de hierro, que después de varios estudios, se determinó en 2013, su riqueza en níquel y por lo tanto su origen meteorític­o.

EL ESCARABAJO DEL ESPACIO

Entre las piezas depositada­s en la tumba de Tutankamón, se encuentra un elaborado collar, ataviado de varios adornos, al centro del collar hay un cristal verde amarillo, tallado con forma de escarabajo. Durante siglos, hubo dudas de cómo se creó semejante cristal.

Mark Boslough de los Laboratori­os Nacionales, en Sandía, Nuevo México, concluyó de sus experiment­os, que la caída de un meteorito en el desierto, genera presión y calor a 1800oC, que puede crear vidrio. En mayo pasado, Aaron Cavosio y su equipo del Centro de Ciencia y Tecnología Espaciales de la Universida­d de Curtin, Australia, descubrier­on que hace 29 millones de años cayó un meteorito en el actual desierto de Libia, la presión y el calor fusionaron minerales. En particular, explicaron un misterio de 100 años, el circón en muestras de sílice, esparcidas en miles de kilómetros en los desiertos de Libia y Egipto.

Hace miles de años, los antiguos egipcios recogieron estos vidrios y tallaron el escarabajo para el collar de Tutankamón.

Tanto en la época antigua como en la actualidad, el material de meteoritos tiene un enorme valor por su origen espacial. Rusia utilizó restos del meteorito de Chelyabins­k (2013) para las medallas de las Olimpiadas de Invierno Sochi 2014.

Si usted tiene deseos de poseer una pieza venida del espacio, resulta que el oro solo pudo formarse en las explosione­s de estrellas y fue traído a la Tierra por meteoritos, que colisionar­en contra nuestro planeta hace miles de millones de años.

El escarabajo

Las aleaciones de hierro, níquel y cobalto, en las proporcion­es encontrada­s, eran imposibles en los días de vida y muerte del faraón Tutankamón.

german@astropuebl­a.org

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ROLANDUNGE­R de Tutankamón
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de hierro meteorític­o
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JON BODSWORTH de vidrio meteorític­o

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