Encontró la manera de impulsar el cine
Daniela Michel recuerda cómo nació el FICM, que acaba de celebrar su vigésima edición
El Sol de Morelia
MORELIA. Aunque el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) tuvo su primera edición en el 2003, se empezó a cocinar tres años antes con diferentes encuentros entre Daniela Michel, Alejandro Ramírez Magaña y Cuauhtémoc Cárdenas Batel. En entrevista exclusiva, la directora general de este encuentro que festeja dos décadas recuerda que fueron las Jornadas de Cortometraje Mexicano, organizadas por ella, sin más recursos que cinco mil dólares, lo que gestó la idea de hacer algo más grande con un solo objetivo: apoyar a los jóvenes cineastas mexicanos.
Hasta ese momento, el diagnóstico que Daniela había escuchado una y otra vez es que el cine nacional "ya se había muerto", como lo repetían hasta el cansancio profesores, teóricos y críticos. En plan de rebeldía, organizó aquellas jornadas en su propia casa, aferrada a la idea de que algo se gestaba entre la juventud, un sector que en su mayoría no contaba con las opción de estudiar la carrera de cine.
El Festival
Fue así que le planteó a Alejandro Ramírez la idea de extender esos encuentros en un festival que tuviera como sede a la ciudad colonial de Morelia, cuya ubicación en el centrooccidente del país resultaba privilegiada para atraer al público. Además, era la sede de la cadena Cinépolis, propiedad de Alejandro, y su gobierno estaba en manos del izquierdista Lázaro Cárdenas Batel, que gustaba de apoyar proyectos artísticos y culturales.
Nació entonces un festival de prácticamente cortometrajes, pues en todo México apenas se habían concluido seis largometrajes y sólo una aceptó proyectarse en la
Nicotina,