Hombre búfalo: el nocivo privilegio de la prensa
Gabriel García Márquez aseguraba que ser periodista es tener el privilegio de cambiar algo todos los días. Si el escritor colombiano viviera actualmente en nuestro país, quizá debería agregar el adjetivo “nocivo” al privilegio del que habla. Y es que el periodismo en México lleva más de veinte años clasificado como uno de los oficios más peligrosos para ejercer en toda la república. Tan solo el 2022 se ha convertido en el más mortal para la prensa.
El director de cine David Torres explora ese escabroso dato duro en su más reciente obra: “El hombre búfalo”, un largometraje documental basado en hechos reales; un homenaje a los reporteros que se sortean la vida dentro y fuera del horario laboral.
Este filme sigue el rastro de Eric, un periodista mexicano quien, tras recibir una amenaza por una investigación que se encontraba realizando, deja de escribir. No obstante, recibe una invitación para indagar sobre un pueblo rulfiano donde los habitantes han sido despojados de sus tierras. El viaje, las entrevistas y el cambio de rutina lo llevan a resignificar su vocación periodística y su devenir personal.
Las metáforas son abundantes en el trabajo de Torres, se aprecian sobre todo cuando el protagonista tiene un reencuentro con el hombre búfalo, un elemento mágico que aligera el impacto del realismo; un ser que funciona como ángel guardián y a la vez como fantasma interno, un personaje imaginario que termina siendo verdadero a los ojos de Eric. Esta historia secundaria está inspirada en el mito del Minotauro, un ser antropomorfo encerrado en un laberinto dentro de la isla de Creta como castigo por su condición devoradora de humanos y condenado al olvido eterno de no ser por el valeroso Teseo, su asesino.
Los elementos narrativos empleados y el uso del tiempo anacrónico pueden resultar abrumadores al inicio, pero su faceta técnica regula la situación con inteligencia.
Además, la cinta cuenta en el reparto de dos talentos tlaxcaltecas en escena: José Luis “Güicho” Hernández y Raúl Briones. Los actores, acompañados de Sofía Álvarez, Antonio Monroi y Verónica Bravo, crean una atmósfera tan real que resulta casi inoportuno mirarla como una película de crimen y castigo.
Crudo, surrealista y ligeramente inmerso en el mundo del arte contemplativo, “El hombre búfalo” está diseñado para verse más de una vez.