Un tributo teatral a Juan Gabriel
Querida,
Un circo de múltiples pistas sería la forma casi exacta para definir lo que sucede de jueves a domingo en el teatro San Rafael, en el espectáculo Querida, que —cómo es fácil suponer por tan conocido título— se trata de un montaje en torno a la figura del cantante y compositor Juan Gabriel.
Para ubicarlo mejor, quizá convenga por empezar descartando lo que no es. No se trata de una comedia musical en la que hay una anécdota como hilo conductor aderezada con canciones del famoso compositor; tampoco es uno de los tan de moda musicales de rockola (como Mamma mía!) en el que canciones populares en la radio, sustituyen a los diálogos durante la trama.
No es —menos aún—una puesta en escena biográfica sobre el Divo de Juárez; o un concierto o una serenata o un gran karaoke. No es tampoco un espectáculo circense en sentido estricto; menos aún…
Sin embargo, Querida es todo eso al mismo tiempo, pues amalgama elementos de una y otra disciplina; de aquél y de este mundo, lo que da como resultado una gran fiesta que se disfruta de principio a fin, que pone de buen humor a todos, y que es un canto a la vida, en toda la extensión de la palabra.
Se llegó a esta propuesta debido a que finalmente quien posee los derechos de los temas de Juan Gabriel es la empresa Cirque música, al frente de la cual está Steve Cook, quien puso en manos de la prestigiada directora y coreógrafa Antoinette DiPietropolo la responsabilidad de crear este mágico montaje que, como lo dije al principio de este texto, es una fuente de grandes momentos artísticos, que suceden dentro y fuera del escenario; en el suelo y en el aire; con inmensa alegría o con conmovedora añoranza.
Para lograr todo esto, el equipo creativo lo integran Edgar Ibarra (dirección musical), Adrián Martínez Frausto (escenografía), Estela Fagoaga (vestuario), Cinthia Muñoz (maquillaje y pelucas), Charles Ford (iluminación), Miguel Jiménez (diseño de audio), Jorge Orozco de Toloache (diseño de video) y Martha HerreraLasso González (escritora).
Un circo de múltiples pistas porque mientras en el proscenio una pareja canta uno de los inmortales temas de Juanga, en el aire un par de acróbatas desafían la gravedad con un número que enchina la piel, y más al fondo del escenario los músicos, 16 en total, cautivan a los espectadores con una maestría para la cual sólo hay un calificativo: ¡maravillosa!
Obviamente para lograr un montaje de esta naturaleza se requiere de una pléyade de artistas de variadas disciplinas, y que en el caso de Querida se suman diversas nacionalidades (nueve para ser exactos).
Por falta de espacio no puedo detenerme a enlistar a cada uno de los más de 60 artistas que conforman este elenco, y a riesgo de ser injusto, sólo nombraré a los seis estupendos cantantes que hacen que cada nota suene maravillosamente: Crisanta Gómez, Mel Cabrera y Sharon Ayón; y en la esquina de los ellos: Abel Fernando, Roberto Hinostroza y Robert Coronel.
Dese la oportunidad de disfrutar de esta fiesta en torno a la figura de Juan Gabriel, Querida es una cadena de gratísimas sorpresas con las que el público canta, baila, grita, se emociona, disfruta a plenitud.