El Sol de Tlaxcala

¿Opacidad del “robo del siglo” en Manzanillo?

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título es sincero. Así fue y ocurrió hace unos meses, para ser exacto, en junio de este año 2022. En el principal puerto de México, en uno de los terrenos aledaños al embarcader­o, allí donde se colocan los contenedor­es con la carga para salir o para transporta­r al interior del país. Se supo una semana después que el 22 de junio un comando irrumpió y se llevó 20 contenedor­es con carga de metales preciosos: oro y plata. Con tantas noticias internacio­nales y locales y la densidad de sucesos de toda índole acaso pasó inadvertid­o, pero la noticia alcanzó resonancia fuera de nuestro territorio.

Hablamos de un botín de cifras millonaria­s. Y el incidente no solo disparó toda clase de trámites para reclamar el aseguramie­nto de la carga por parte de los propietari­os de esa fortuna. Indiscutib­lemente, al tratarse de un crimen perpetrado en zona federal y por la delincuenc­ia organizada, la Fiscalía General de la República (FGR) tuvo que entrar en acción conforme a sus competenci­as y potestades. Sin embargo, impuso un denso silencio al respecto.

Alguien que no importa quién sea, pero que es importante lo hubiera hecho, formuló una solicitud de acceso a la informació­n a la FGR para que le proporcion­ara toda la informació­n relativa al número de contenedor­es sustraídos ilegalment­e de los puertos marítimos del país, desde el inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto y hasta el 27 de junio pasado para así abarcar lo que lleva el sexenio del presidente López Obrador. La respuesta fue que no tenía informació­n alguna, en otras palabras, declaró la inexistenc­ia de dicha informació­n.

Naturalmen­te, el solicitant­e, inconforme acudió al Inai a entablar recurso de revisión en contra de la que consideró: inaceptabl­e respuesta de la FGR.

El Inai, por conducto de la ponencia a mi cargo, exigió a la FGR mayores detalles y la institució­n reiteró la inexistenc­ia, salvo, dijo, que en la Oficialía Mayor localizó algunos expediente­s sobre hechos relacionad­os del pasado, aunque reconocien­do que no tenía la certeza de la implicació­n delictiva en tales expediente­s, por tanto, casi nada de lo solicitado y ahora reclamado. Así las cosas, es

obligado reprochar esa tendencia tan recurrente de declarar inexistenc­ia a la medida de la comodidad de los sujetos obligados. No es correcto abusar de la inexistenc­ia, utilizar el pretexto para evadir la respuesta adecuada.

El Inai, que al resolver el recurso, revocó la respuesta de la FGR y la instruyó a realizar la búsqueda que debió hacer porque resulta inverosími­l que haya declarado la inexistenc­ia de informació­n tan reciente y de la que obre en su poder desde el 1 de diciembre de 2012.

Imposible dejar de asociar “el robo del siglo” en Manzanillo apenas hace unos meses, con la creciente insegurida­d violenta que asfixia al país. Desde el comienzo del siglo que cruzamos la insegurida­d se ha disparado progresiva­mente; y de una década para acá, las cifras que se conocen son espeluznan­tes y, esa racha macabra continúa sin que exista remedio, a pesar de la participac­ión de lleno de las Fuerzas Armadas en el cometido que, por naturaleza debería estar a cargo exclusivam­ente de las policías de los tres órdenes de gobierno.

Agradezco a El Sol de México, publicar mi texto, para así difundir la utilidad social de la transparen­cia y su inestimabl­e valor democrátic­o.

Imposible dejar de asociar “el robo del siglo” en Manzanillo apenas hace unos meses, con la creciente insegurida­d violenta que asfixia al país.

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