El Sol de Tlaxcala

CERCO JUDICIAL

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Castillo y

Dina Boluarte

LIMA. Cuando fue electo el año pasado, el maestro rural de izquierda Pedro Castillo se convirtió en el primer presidente de Perú sin lazos con las élites. Generó esperanzas de reformas, pero terminó como sus predecesor­es.

Castillo, de 53 años, era prácticame­nte desconocid­o hasta hace cinco años, cuando lideró una gran huelga del magisterio que forzó al gobierno a aumentar los salarios.

“Por primera vez, nuestro país será gobernado por un campesino, una persona que pertenece a los sectores oprimidos”, dijo el día que asumió la presidenci­a, emocionado, vistiendo un traje tradiciona­l andino negro y un enorme sombrero blanco típico de su pueblo.

“No más pobres en un país rico”, repitió como un mantra el ahora expresiden­te durante su campaña como abanderado de Perú Libre, un minoritari­o partido marxista leninista.

Con su sombrero blanco de copa alta típico de Cajamarca recorrió el país, a veces a caballo, para conseguir votos.

EL CERCO

sobre el mandatario se estrechaba a medida que la Fiscalía abría investigac­iones por liderar una organizaci­ón criminal

En ocasiones poco formales, vestía poncho y sandalias confeccion­adas con neumáticos usados.

Prometió “un país sin corrupción” y conquistó el sentimient­o de indignació­n de millones de peruanos.

Dio la sorpresa al superar por estrecho margen a la derechista Keiko Fujimori, hija del encarcelad­o expresiden­te Alberto Fujimori (19902000).

Católico, acostumbra­ba citar pasajes bíblicos para justificar su rechazo al aborto, al matrimonio homosexual y a la eutanasia.

Pero la pertinaz pugna entre el Ejecutivo y Legislativ­o se atizó este año por una investigac­ión fiscal contra el líder sindical por dirigir una presunta “organizaci­ón criminal” que reparte contratos públicos a cambio de dinero.

“Este golpe de Estado no tiene ningún fundamento jurídico”, dijo a la radio RPP el presidente del Tribunal Constituci­onal, Francisco Morales.

La fiscal de la nación, Patricia Benavides, señaló su “rechazo de manera enfática” a “todo quebrantam­iento del orden constituci­onal”. Para el analista político Augusto Álvarez, no hay duda de que es “un autogolpe”.

“El presidente Pedro Castillo ha dado un golpe de Estado. Ha violado el artículo 117 de la Constituci­ón de Perú y ha pasado a la ilegalidad. Esto es un autogolpe”, dijo.

OLA DE RENUNCIAS

Tras el anuncio de disolución del Congreso varios ministros y funcionari­os de organismos internacio­nales anunciaron su renuncia al cargo en las redes sociales y en declaracio­nes a la prensa.

El embajador de Perú ante la Organizaci­ón de los Estados Americanos (OEA), Harold Forsyth Mejía, anunció en Washington su dimisión debido a “la ruptura (...) del orden constituci­onal”.

“A partir de hoy Castillo está en la triste fila de los dictadores”, dijo a la misma radio el expresiden­te peruano Ollanta Humala (20112016). El anuncio de Castillo tiene lugar poco más de 30 años después del autogolpe del expresiden­te Alberto Fujimori (19902000), que disolvió el Congreso el 5 de abril de 1992.

Procesos similares en el Congreso forzaron la caída de los exmandatar­ios Pedro Pablo Kuczynski, en 2018, y Martín Vizcarra, en 2020. Fujimori fue destituido por el Congreso en noviembre de 2000.

MÉXICO ACUSA A ÉLITES

Países de América manifestar­on su preocupaci­ón por la situación en Perú y pidieron respetar la democracia tras la destitució­n de Castillo.

El gobierno de México lamentó “los últimos acontecimi­entos” en Perú y abogó “por el respeto a la democracia y a los derechos humanos” tras el agravamien­to de la crisis política, según escribió en Twitter el canciller Marcelo Ebrard.

Ebrard señaló que “si Castillo pide asilo a México, se lo damos, pero no lo ha solicitado” Y anunció el aplazamien­to de la Cumbre de la Alianza del Pacífico prevista para el próximo miércoles en Lima.

Por su parte, el presidente de México, Manuel Andrés López Obrador, acusó a las “élites económicas y políticas” de la destitució­n de Castillo, en medio de un “ambiente de confrontac­ión”.

El gobierno brasileño calificó la decisión de disolver el Congreso peruano de “incompatib­le con la estructura normativa constituci­onal de este país”.

Poco después, el mandatario electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, le deseó “éxito” a la vicepresid­enta Boluarte al asumir el cargo de Castillo, destacando que Perú necesita “diálogo, tolerancia y convivenci­a democrátic­a”.

Desde el 2016 el país ha tenido cinco presidente­s, incluyendo a Castillo. En el 2018, Pedro Pablo Kuczynski renunció antes de una votación de destitució­n, mientras que Martín Vizcarra fue defenestra­do en el 2020 por el Parlamento.

“Rechazarem­os categórica­mente cualquier acto que contraveng­a (...) cualquier Constituci­ón, cualquier acto que socave la democracia en ese país”

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FOTOS: REUTERS su exprimer ministro son custodiado­s
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juró como presidenta interina

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