Lula promete cambio de rumbo en Brasil AUSENTE
Inicia su tercer mandato como presidente en ceremonia masiva; da primer paso para revocar medidas dictadas en armas y medio ambiente
BRASILIA. El líder izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva juró como presidente de Brasil, emitió una dura acusación contra el exlíder de extrema derecha Jair Bolsonaro y prometió un cambio drástico de rumbo para rescatar lo que llamó una nación arruinada.
Aseguró que su gobierno va a “reconstruir” Brasil y reconciliar a sus compatriotas al acceder por tercera vez a la presidencia, una investidura marcada por la ausencia de Bolsonaro.
En un discurso ante el Congreso después de tomar oficialmente las riendas del país más grande de América Latina, dijo que la democracia fue la verdadera ganadora de la elección presidencial de octubre, cuando venció a Bolsonaro en la votación más tensa en una generación.
Bolsonaro, quien viajó a Estados Unidos el viernes después de negarse a reconocer la derrota, hizo temblar la joven democracia brasileña con afirmaciones infundadas de debilidades electorales que dieron origen a un violento movimiento de negadores de las elecciones.
“La democracia fue la gran vencedora, superando... las más violentas amenazas a la libertad de voto y la más abyecta campaña de mentiras y odio conspirada para manipular y avergonzar al electorado”, dijo Lula a los legisladores.
Lanzó una amenaza velada a Bolsonaro, quien enfrenta crecientes riesgos legales por su retórica antidemocrática y su manejo de la pandemia ahora que ya no tiene inmunidad presidencial.
“No tenemos ningún espíritu de venganza contra quienes intentaron subyugar a la nación a sus designios personales e ideológicos, pero garantizaremos el estado de derecho”, aseveró Lula, sin mencionar a su predecesor por el nombre. “Quien erró responderá por sus errores”.
También acusó al gobierno de Bolsonaro de cometer “genocidio” al no responder a la pandemia de Covid19 que mató a más de 680 mil brasileños.
“Las responsabilidades por este genocidio deben ser investigadas y no deben quedar impunes”, agregó.
Decenas de miles de personas que se habían reunido para celebrar en la explanada de Brasilia vitorearon mientras Lula se secaba las lágrimas. La toma de posesión de Lula se llevó a cabo en medio de una mayor seguridad.
Partidarios de Bolsonaro protestaron porque afirmaban que las elecciones fueron robadas y pidieron un golpe militar para evitar que Lula regresara al poder en
CONTRARIO A
la tradición, su predecesor estuvo ausente; Bolsonaro viajó el viernes a Estados Unidos, dos días antes de finalizar su periodo de gobierno un clima de vandalismo y violencia. En Nochebuena, un simpatizante fue detenido por fabricar una bomba que fue descubierta en un camión cargado de combustible de aviación en la entrada del aeropuerto de Brasilia, y confesó que buscaba sembrar el caos para provocar una intervención militar.
El sábado por la noche, el entonces presidente interino Hamilton Mourao, quien fue vicepresidente de Bolsonaro, criticó a su exjefe por permitir que prosperara el sentimiento antidemocrático tras su derrota en las urnas en octubre.
“Líderes que debían tranquilizar y unir a la nación... permitieron que el silencio o el protagonismo inoportuno crearan una atmósfera de caos y desintegración social”, dijo Mourao en un discurso.
Horas después de jurar su mandato, Lula dio el primer paso para revocar polémicas medidas dictadas por Bolsonaro en materia de armas y medioambiente.
El gobernante firmó un total de trece decretos, que en su mayoría preparan el terreno para una amplia revisión de muchas de las políticas impulsadas por el anterior gobierno de ultraderecha.
En materia de armas, Lula suspendió la emisión de nuevos permisos para la compra y la creación de clubes de tiro, ordenó que sea hecho un nuevo registro de todo el armamento adquirido por civiles en los últimos cuatro años y que se cree en el gobierno un grupo de trabajo dedicado a definir una nueva política de desarme.
En el apartado medioambiental, determinó la reactivación del llamado Fondo Amazonía, constituido con donaciones de Alemania y Noruega para contribuir a su protección y que había sido suspendido por decisión de Bolsonaro en 2019.
Ese fondo cuenta actualmente con unos 600 millones de dólares, que el nuevo gobierno rescatará y utilizará en programas que serán definidos por el Ministerio de Medio Ambiente.
Lula también decidió revocar un decreto dictado por Bolsonaro en los últimos días de su mandato, según el cual se ampliaban las licencias para la explotación de recursos minerales en la región amazónica e incluso en las tierras indígenas.
Otra decisión formalizada por Lula, que fue una de las promesas de su campaña, fue determinar que sea revisada en un plazo de 30 días una serie de decretos de Bolsonaro que habían establecido un secreto de cien años sobre diversas cuestiones de la administración pública o incluso sobre asuntos personales del ahora exmandatario y su familia.
Entre estos últimos, Bolsonaro había incluido en esa información clasificada todo lo relativo a su salud, lo cual impidió que la sociedad supiera si realmente no se había vacunado contra la covid, como asegura hasta ahora.
L.I. LULA DA SILVA PRESIDENTE “Vaciaron los recursos de salud, desmontaron la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología, destruyeron la protección del medio ambiente”