El Sol de Tlaxcala

VIEJO CONOCIDO

- POR JOSÉ ÁNGEL RUEDA

Apoco más de 4,800 kilómetros de España, en el lujoso estadio Rey Fahd, de Arabia Saudita, Barcelona y Real Madrid disputaron la final de la Supercopa de España, que suele dar poco más que una alegría al que gana, pero que tiene el poder de desatar tormentas en el que pierde. El equipo dirigido por Xavi Hernández firmó un partido memorable para llevarse un categórico triunfo de 3-1 sobre el acérrimo rival, y de paso abrir su vitrina como técnico. Una declaració­n de intencione­s para el futuro.

El Barcelona salió más intenso, más concentrad­o, con más ganas de ganar. Xavi sabía lo que se jugaba y decidió mover ficha en la pizarra, con Frenkie y Sergio Busquets como pilares del mediocampo, además de Gavi y Pedri González como dos demonios sueltos, tan comprometi­dos en la marca como en el proceso creativo.

No tardó mucho el cuadro culé en inclinar el terreno de juego, con un dominio que por

Xavi Hernández conquistó 27 títulos en su etapa como jugador del Barcelona, entre ellos ocho Supercopas de España.

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ACUMULA EL BARCELONA EN LA SUPERCOPA DE ESPAÑA momentos logró quebrantar las férreas líneas defensivas de los Merengues, cuyo arnés de seguridad está en belga y se llama Thibaut Courtois.

El portero, en lo que ya es una costumbre, se vistió de héroe pasados los 12 minutos. Robert Lewandowsk­i encontró posición de tiro y sacó un fierrazo abajo, colocado, pero Courtois sacó una mano salvadora para mandar el balón al poste derecho, como para asentar el milagro.

En el golpe de adrenalina, el Real Madrid tuvo una leve reacción, que cerca estuvo de darle la ventaja, tras una buena jugada colectiva que terminó con un cabezazo de

Karim Benzema al segundo poste, que se fue apenas desviado.

Barcelona, que se ha pasado la temporada sacando ventajas para después perderlas, cumplió con la primera parte del guion, pero fue capaz de cambiar el desenlace. Pasada la media hora llegó el gol que abrió el marcador. Producto de la presión alta, Busquets robó un balón en la salida, que en apenas segundos le llegó a Lewandowsk­i, quien observó el panorama y tocó a la llegada de Gavi. El mediocampi­sta, disfrazado de extremo, controló bien y definió de zurda ante la salida de Courtois.

Con la ventaja, una ligera duda invadió al Barcelona, marcado por la historia reciente, los goles en contra que a veces le caen sin demasiado aviso, pero la inercia en Arabia era otra, y en un guiño del destino, el cuadro culé, en lugar de ceder el empate, amplió la ventaja al filo del descanso. Los protagonis­tas fueron

TÍTULOS

No fue falta de actitud, sí de errores individual­es. El equipo está dolido, mucho; porque solemos ganar las finales. No tengo duda de que el Real Madrid volverá”

CARLO ANCELOTTI DT REAL MADRID

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