Los motivos del Rector
se siente cuando nos enteramos, por diversas publicaciones, que la UNAM es considerada una de las mejores universidades del mundo. Este logro parece común y fácil de obtener, pero no es así. En la máxima casa de estudios coexisten los mejores científicos, técnicos y humanistas del país que diariamente comparten sus ideas para crear nuevos conocimientos y educar a miles de mexicanos. Al mismo tiempo, confluyen todas las corrientes políticas de la sociedad mexicana, lo que obliga a una administración y conducción sabia y cuidadosa.
Hoy, la UNAM se enfrenta a un grave riesgo arrastrada por un acto inmoral de una exalumna, la hoy ministra Yasmín Esquivel, que como se sabe fue descubierta por haber plagiado la tesis con la que obtuvo su grado académico de licenciatura. Ante este hecho, en vez de renunciar a su nombramiento o haber solicitado licencia en tanto se realizaba una investigación, la Sra. Esquivel se ha aferrado a su cargo, victimizándose por ser mujer y con una larga lista de mentiras.
Queda claro que la estrategia de la señora Esquivel y la del gobierno van de la mano, ya que tanto ella como AMLO y el secretario de Gobernación, han expresado que en el procedimiento para retirar el título por el plagio de la tesis debe existir un espacio donde ella pueda hacer una defensa y se valoren las “pruebas” o se dé una resolución judicial. Esto es, insertar a la UNAM en un largo conflicto legal que politice a su interior las posturas que tome la autoridad universitaria. En esta estrategia gubernamental hay una trampa, que es desgastar a la Universidad y a sus autoridades tanto interna como externamente, para meter mano en el cambio de Rector, el cual se dará a finales de este año.
Como se sabe, el Rector de la UNAM expresó recientemente la posición institucional que ha consistido en establecer clara y públicamente que la tesis de la Sra. Esquivel es un plagio, que daña a la Universidad y a sus estudiantes; ordenar trabajos para cubrir el vacío legal que impide actuar en un caso como éste; sancionar y destituir a la maestra que dirigió la tesis de la Sra. Esquivel, y otras igualmente duplicadas, y abrir los procesos internos para que, tal como lo mandata la Ley Orgánica de la UNAM, que es su máximo orde
El Rector no se manda solo ni es un autoritario como López Obrador. Afortunadamente, tenemos al frente de la UNAM a un hombre sensato e institucional.
namiento, sean los Órganos Colegiados de Gobierno (Consejo Universitario, Junta de Gobierno y Tribunal Universitario) los que determinen la sanción que debe imponer la Universidad ante la ausencia de una norma específica.
Algunas personas han acusado de tibieza al Rector por no retirar el título, sin percatarse que el procedimiento quedó abierto a un análisis escrupuloso de acuerdo con la legislación universitaria, lo que llevará eventualmente a una sanción académica a la Sra. Esquivel. El Rector no se manda solo ni es un autoritario como López Obrador. Afortunadamente, tenemos al frente de la UNAM a un hombre sensato e institucional sin afanes protagónicos, que tiene un probado amor a la Universidad y que ha identificado la trampa gubernamental. Es un hombre discreto, no está cuidando su reputación personal, tampoco tiene necesidad de ser calculador para mantenerse en el puesto, él ya es Rector y por dos periodos, que es el máximo tiempo que permite la legislación universitaria.
Los motivos de Enrique Graue son mantener la estabilidad de la Universidad y la continuidad de su vida académica, cuidar el futuro de miles de alumnos, evitar un conflicto que paralice a la institución o que la debilite y la lleve a perder su calidad y prestigio académico.