El Sol de Tlaxcala

La ley que nunca aplica

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En Tlaxcala, ningún exgobernad­or ha sido procesado por supuestos delitos o excesos en el ejercicio del poder. Lo más más cercano y, que no procedió, primero porque no hubo pruebas y segundo porque se trataba de una venganza política, fue el caso del entonces panista Héctor Ortiz Ortiz.

Mariano González Zarur quería llevarlo a las rejas. Nunca pudo. Podría haberlo hecho en flagrancia durante su toma de protesta como titular del Ejecutivo. Ortiz se dio el lujo, sin tener facultades para ello, de usar al helicópter­o del gobierno estatal para ser trasladado a un hospital tras sufrir una caída en casa mientras tomaba un baño, mientras el nuevo gobernador se la pasaba elogiando a sus invitados en el auditorio del Centro Expositor.

Héctor dio una lección de vida a ganadero. El problema y cuestionab­le es que ahora, a su modo, los mandatario­s en turno buscan reinventar la forma de gobierno cada seis años con rencores, aunque nunca actúan contra sus antecesore­s.

Sucede lo mismo en el gobierno de la República, a Andrés López Obrador, todo le sale mal, como dice en las mañaneras, puro “chole”. Odia a Carlos Salinas de Gortari, a Felipe Calderón Hinojosa y a Vicente Fox Quezada y ¿Por qué no ha podido llevarlos a prisión? Simplement­e no puede o no quiere.

En las entidades, los gobernador­es desatan su odio contra los subordinad­os. Explico:

1.José Antonio Álvarez Lima, gobernador de Tlaxcala nunca intentó nada Beatriz Paredes Rangel. Eso sí, maquinó delitos para detener a Eliseo Vázquez, líder de la Confederac­ión Revolucion­aria de Obreros y Campesinos (CROC), muy cercano a ella y, ¿Basado en qué?, la señora que hacía el aseo en esa oficina llegó a trabajar y no encontró su televisión para “ver” sus novelas. El líder sindical fue acusado por el supuesto robo de un aparato electrónic­o blanco y negro. ¡Qué barbaridad!, fue remitido al penal de Tlaxcala. Alberto Juárez Blancas (+), líder nacional de esa organizaci­ón exigió eso el mandatario estatal y cedió. Lo acusó de sedición. Cómo negárselo si lo apoyó para llegar a Palacio de Gobierno

2.El entonces perredista

yahora miembro de Morena, Alfonso Sánchez Anaya, castigó a José Luis Arguijo Torres, quien, como secretario de Comunicaci­ones y Transporte­s, en las últimas horas de la administra­ción estatal, negoció, para su beneficio, 700 concesione­s de transporte público. Tampoco procedió contra Álvarez.

El entonces procurador General de la Justicia, Eduardo Medel respetó la decisión de su jefe. Sabía que en la colonia la Joya, el ya no era funcionari­o iba a salir huyendo en la cajuela de un automóvil y lo permitió, pero luego ordenó su detención.

3.El gobernador Sánchez Anaya sabía que el fallecido notario Toribio Moreno vendía escrituras. Encargó al subprocura­dor, Edgar Bayardo del Villar (+) arrestarlo y por ser un anciano no lo hizo. De hecho, Rubén Flores Leal, ahora notario, lo salvo de esa condena.

4.Mariano González Zarur quería detener a Héctor Ortiz Ortiz por el presunto delito de corrupción. Lo iba a hacer un 19 de enero, cuando, se supone, según informació­n de la Procuradur­ía General de Justicia, iría al “mole” a Zacatelco. Ya había orden de detención y no lo logro. Ortiz recibió una alerta de última hora y no fue a su reunión.

Mariano González supo, cuando ya era mandatario electo, que Ortiz dejó en comodato a su hermano, el rector de la Universida­d Autónoma de Tlaxcala, la Plaza Bicentenar­io, su gran obra de gobierno. Tanto fue el acoso que Serafín Ortiz buscó un pacto de paz, solo que había demasiado rencor. Y así fueron las cosas: llamó por teléfono a Anabell Ávalos Zempoaltec­a, secretaria de Gobierno, y le ofreció que entregaría al gobierno estatal la obra a cambio de que dejaran en paz a su hermano y cumpliera con entregar a la universida­d el dinero que por ley correspond­ía

Fuera de sus casillas, el ganadero arrojó al piso el nextel que usaba y esperó que sus empleados lo levantaran, el único que por interés se lo soportaba era Hugo René Temoltzin Carreto, encargado de la Contralorí­a, finalmente despidió a Ávalos Zempoaltec­a.

Marco Antonio Mena decidió que las cosas no debían ser así. Reanudó relaciones con los Ortiz y se ganó el odio de González Zarur. Qué más debemos esperar. Al tiempo.

Si en

Lo que resulta más lastimoso para las víctimas y los usuarios de este importante medio de transporte, es que desde un principio se haya hablado de un complot, con la finalidad de dañar la imagen de la jefa de Gobierno, anteponien­do, como es costumbre, su interés político sobre la seguridad de los capitalino­s.

Lo mismo ha resultado para la Fiscalía y la propia Sheinbaum acusar a la oposición de las constantes fallas e incidentes en el metro, que arremeter con la fuerza de la justicia de la Ciudad de México en contra de una mujer, a quien accidental­mente se le cayeron unas aspas de licuadora en las vías, y quien fue señalada como sospechosa de causar desperfect­os en el sistema.

¿Si alguien cortó los cables de manera dolosa, como afirma la Fiscalía, quién trozó las varillas de la línea 12 haciendo que colapsara el paso a desnivel del metro? La autoridad actuó con inmediatez para detener a una mujer que finalmen

algo es experto Morena, es montar escenas y crear narrativas fantástica­s. Resulta que la Fiscalía de la Ciudad de México determinó que el accidente en la línea 3 del metro fue ocasionado por “negligenci­a y corte doloso de los cables”, dejando como víctimas a una joven fallecida y al menos 106 personas lesionadas.

¿Si alguien cortó los cables de manera dolosa, como afirma la Fiscalía, quién trozó las varillas de la línea 12 haciendo que colapsara el paso a desnivel del metro?

te fue absuelta después de varias semanas, pero no ha sido capaz de detener a ningún responsabl­e por los lamentable­s hechos ocurridos en mayo del 2021.

Debo apuntar, apreciado lector, que, si alguien ha sido negligente en este hecho, es el propio gobierno que encabeza Sheinmabum, por su flagrante desinterés en dar un mantenimie­nto de gran calado, como el que necesita uno de los sistemas de transporte más importante­s del país.

NO HAY QUE PECAR DE INGENUOS

Y en esto de los montajes, debo confesarle, estimado lector, que aún no doy crédito al vergonzoso actuar del gobierno de Claudia Sheinbaum en contra de la alcaldesa Sandra Cuevas de Cuauhtémoc, quien en un operativo sin precedente­s privó de su libertad a Cuevas y empleados de la alcaldía.

Se montó un operativo con más de 300 granaderos que por momentos impidieron la salida de las oficinas de la alcaldesa, quien también denunció la extracción ilegal de teléfonos celulares, así como la fabricació­n de supuestas pruebas de la construcci­ón de panfletos en contra de la jefa de Gobierno.

El operativo fue encabezado por el propio secretario de la Contralorí­a del Gobierno de la Ciudad de México, quien habría descubiert­o cinco paquetes de propaganda en contra de Claudia Sheinmabum. Todo el aparato del gobierno persiguien­do a la oposición, mientras la ciudad cae a pedazos. Agradezco el favor de su lectura.

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