Punto de partida
Los que aprueban una opinión, le llaman opinión, pero los que la desaprueban le llaman herejía.
Ante la dificultad de hacer una síntesis de un documento elaborado por un grupo de personas que se autodenominan Colectivo por México, sí es posible distinguir en el contenido algunas propuestas que suponen habrán de mejorar las condiciones de nuestro país, sin embargo, más allá de esa postura de cambio, se evidencia, entre otras tantas, una oposición abierta al actual gobierno, obvio, a sus muy cuestionadas políticas sociales y de sus formas de aplicarlas, por ello, en un análisis muy rudimentario, basado en criterios particulares, habrán de señalarse algunas analogías con otras coaliciones formadas anteriormente, desde luego, también el cuestionamiento a las propuestas contenidas en un proyecto llamado “Un punto de partida”.
Considerando el tiempo de este colectivo, se establecen, en primera instancia, los intereses particulares respecto de las elecciones para el 2024, como ocurrió en el año 2018, cuando se coaligaron tres partidos políticos para competir en las elecciones de ese año, autoproclamados “Todos por México”; en este mismo sentido, surge la coalición electoral “Va por México” en el año 2021, integrado por tres partidos políticos, con la intención de participar juntos en una “nueva” fórmula para hacer gobierno; con esta base, es notable que esta coalición, en esencia, además de oponerse al actual gobierno, pretende posicionarse en el ánimo de los electores para la futura contienda electoral.
Por otro lado, aunque se presuma de lo contrario, la gran mayoría de sus integrantes son o fueron funcionarios públicos, senadores o diputados, luego entonces, no pueden ser considerados como miembros de la sociedad civil, cuyos intereses, argumentan, se constriñen en un bienestar generalizado.
Esta es una razón suficiente para despertar el escepticismo de la gente, como negar lo innegable, aunque se presente un programa muy ambicioso que atienda la salud, educación, cultura, economía, empleo, medio ambiente etc… como para disfrazar un poco las propuestas anteriores; también se dice que se pretende evitar la polarización y la división que afecta a los mexicanos, por el contrario, se proponen
temas y acciones específicas para enfrentar los graves problemas de la actualidad, proponiendo un nuevo modelo de país más justo, democrático, seguro y próspero para el futuro.
En la elaboración de este proyecto también se establecieron otros criterios, por ejemplo, que se podría ofrecer las propuestas a cualquier candidato o aspirante de la presidencia de la República, sin importar su ideología o filiación partidista, aunque, pareciera lógico, nada que se parezca a quienes hoy detentan el poder.
En contradicción a los intereses reales, se dice que el grupo es apartidista, sin embargo, algunos nombres de los integrantes revelan lo contrario, en seguida, aclaran que el grupo no pretende apoyar o promover ningún proyecto político o candidato, sino aportar una visión de país y un programa puntual que busque soluciones y salidas a los problemas más urgentes para recomponer al país, ante un estado omiso, autoritario y que militariza desde el poder, además acusan al gobierno de pretender infiltrase en el Poder Judicial, al Poder Legislativo lo consideran sumiso y abyecto, por lo tanto, advierten que el mandatario pretende concentrar el poder.
Presentado el documento, dividido en diez temas o ejes rectores, con sus respectivos subtemas, se propusieron acciones concretas para abordar las problemáticas especificas de cada tema; de inicio, hacen referencia con lo relativo a la paz y el desarrollo, en seguida a la paz, concordia y democracia, dejando en tercer lugar al denominado igualdad y calidad de vida, donde se incluyen como subtemas la salud, educación y cultura, queda claro que el interés primario no es tan importante en un documento fincado en ideas y propuestas, suponiéndose con esto que nada tiene que ver con las necesidades sentidas de la gente.
En algunas declaraciones, o dígase propuestas, respecto de rediseñar el sistema de salud, asignándole más presupuesto, la ampliación de la cobertura para lograr un servicio más efectivo y oportuno, recuperar la eficacia en los programas de vacunación y garantizar vacunas a toda la población, asegurar el cuadro básico de medicinas en todas las instituciones de salud pública, terminar, completar, o en su caso, equipar la infraestructura de salud, contratar al personal que sea necesario para fortalecer el sistema de salud. Por supuesto que muchos estarán de acuerdo con esta propuesta de gran calado si hubiera sido vertida por un ciudadano común, sin embargo, quien lo dijo fue nada menos que un exrector de la UNAM y secretario de salud en un pasado reciente, luego entonces surge la pregunta: ¿por qué no hizo, en su momento, esto que a todas luces es necesario? Es aquí donde la confusión nubla las mentes y obligan a interpretar el resto de las propuestas de acuerdo a las condiciones en que se vive.
De alguna manera, no se niega, existe relevancia en el contenido de lo redactado, considerando, o tratando de considerar, los problemas prioritarios para que sean atendidos de la mejor manera posible, cuando menos así lo dice la propuesta. Ahora, después de las diez acciones recomendadas, se cierra con el capitulo “Un solo México”, donde se hacen algunas reflexiones y sugerencias, entre otras tantas, acabar con la polarización, reconocer los diferentes puntos de vista, reconocer nuestros diferentes problemas y soluciones, y enfrentar los problemas y desafíos en paz y concordia, con los mecanismos de la democracia.
Como todo esto es muy romántico, quizá haya quien se pueda animar a considerar la propuesta de los promoventes para salir adelante de todo lo ofrecido desde este punto de partida.