Mis tres amigos, las vacaciones y el bullying en la escuela
Ante la proximidad de las vacaciones de Semana Santa, ya se percibe en el ambiente la emoción de quienes tendrán el privilegio de disfrutarlas, bien sea porque en el ámbito del desempeño laboral, así se los permite, o de aquellos, los más privilegiados, que de acuerdo al calendario escolar tendrán más tiempo para vacacionar; programando sus actividades de acuerdo a sus particulares condiciones económicas, este era un pensamiento particular, mismo que hacia sentado en la base de la estatua de Xicohténcatl, mirando hacia la calzada de San Francisco: Ensimismado en el asunto, no me percaté de la presencia de mi amigo el de la cordura y buen comportamiento.
Recuerdas habló pausadamente, regresándome a la realidad cuando en otros tiempos la celebración de la pasión y muerte de Jesucristo se organizaba con muchos días de anticipación, además de la enorme convocatoria que tenía entre los creyentes católicos, en acompañamiento de sus familias, para participar en la ceremonia de las siete palabras; hoy en día, prosiguió estas “vacaciones” han polarizado al pueblo, pues unos participan en los actos litúrgicos y otros, la mayoría, se dedican al paseo y la diversión.
Así pasa respondí a sus palabras en la actualidad el comportamiento de las personas se ha diferenciado enormemente, hasta parece que las creencias y la fe, han sido rebasadas, por ejemplo, las ceremonias dominicales han reducido en mucho la feligresía, peor aún cuando los templos han estado cerrados por las reparaciones sufridas en los sismos de años pasados.
Mientras terminábamos el comentario de las vacaciones y las ceremonias religiosas, caminamos al lugar de nuestras reuniones, al llegar, ya estaba el amigo de la intolerancia, demostrada cuando nos dijo: pensé que no llegaban, ya tengo un buen rato esperando. Antes de responderle apareció también el amigo de la buena posición económica; con una maleta y un paraguas en su mano, como si ya se fuera de viaje; justo de eso lo criticó quien antes nos había cuestionado. Seguro ya te vas a pasear desde ahora, pues como eres jefe en tu trabajo, lo puedes hacer, jodido uno continuó que vivo al día y que solo podré refugiarme en mi casa…
No me voy de vacaciones hablaba mientras abría su veliz, vaciando el contenido en la mesa traigo una chamarra por si hace frío, un impermeable y mi paraguas por si llueve, una bufanda para cubrirme la boca por si hace viento fuerte, bueno, con eso de la inestabilidad del clima ya no se sabe, al tiempo de guardar sus cosas, solicitó se nos sirviera la taza de café acostumbrada; sin dejar de hablar, dijo: que les parecen las medidas que se implantarán, por las autoridades de la SEP en las escuelas para abatir el Bullying…
Antes de terminar su propuesta lo interrumpió quien le había precedido en la palabra; Mira hablaba mientras le hacía un señalamiento con el dedo índice aunque la palabra es muy fastuosa, esto de la violencia o el acoso, han existido desde siempre; o acaso ya se te olvidó como te decían en la escuela; por tu debilidad visual, o cuando los “grandotes” te quitaban tu torta de jamón; y mírate ahora, espero no te “infles” pero eres una persona exitosa y lo otro creo, solo fueron experiencias que te ayudaron a mejorar, que yo sepa, nunca nos dijiste que te habías quedado traumado o que hubieras necesitado un tratamiento sicológico por ello…
Tienes razón le quité la palabra en primer lugar, la violencia o el acoso, o como se le quiera llamar, ha existido desde siempre, a nosotros nos tocó vivirlo, en el salón de nuestra escuela primaria, hasta el maestro era parte del “problema”, cuando, de entrada nos clasificaba en filas, las de los “burros”, “intermedios” y “aplicados”, luego los infaltables apodos; por ejemplo, los que usaban lentes, eran “los cuatro ojos” o “cuatro lámparas”, siempre, por alguna característica física, era suficiente para identificarlo, inclusive, hay quienes, hasta la fecha, siguen siendo reconocidos por ese apelativo, aquí no se salvaba nadie, ni mujeres ni hombres, todos, hasta los maestros, estaban bien etiquetados.
Es cierto me quitaron la palabra hasta en los pleitos, siempre era común escuchar las palabras de “nos vemos a la salida”, donde los “peleoneros” terminaban sus diferencias con un “hay muere”, y muchas veces quedaban como cuates; no que ahora, todo esto se ha salido de control, es común ver como las niñas se pelean, igual escuchar cómo se agreden verbalmente, en cualquier nivel, se escuchan tantas palabras vulgares, sin el menor recato y respeto para las personas adultas…
Más allá de los recuerdos intervino el amigo de la mesura me parece que si es importante considerar este fenómeno que crece de manera exponencial, tanto en sus causas, como en sus formas, muchas de ellas, realmente absurdas, lo lamentable, es que, en algunos casos, termina en tragedia, por eso, creo, es verdaderamente imperioso, hacer algo al respecto; pero lo más importante, ojalá así se haga, es concientizar y obligar a la familia, como primera agencia socializadora, por ser ella, la inicialmente responsable del comportamiento de los hijos, después la escuela y las autoridades; si alguno de ellos se niega, los intentos por acabar con la violencia, en cualquiera de sus expresiones será inútil…
Tanto por hacer que, hasta para nosotros como sociedad, es un compromiso, ayudar en atender este fenómeno y detenerlo, aplicando sanciones legales, según sea el caso. Terminemos esta taza de café dijo el amigo de la bonanza, pidamos otra y cambiemos de tema…