El carcelero fiel de Juárez A más
“Donde come uno, comen dos” Llamado del presidente electo de México ante la ola migratoria, octubre de 2018.
de cinco años de los conflictos que la Presidencia de la República Mexicana sostuvo con el presidente Trump, por el activismo de este último para promover que “México pagaría por el muro anti inmigrantes”, y a poco más de cuatro años de que el entonces presidente mexicano electo lanzara el llamado a los “hermanos migrantes centroamericanos”: “es de que en México se les dará trabajo y que tendrían protección en su camino para Estados Unidos”, incluso visas de trabajo permanente, hoy es la responsabilidad de todas y todos afirmar que, la tragedia de Ciudad Juárez nos despierta de un gran letargo en las políticas públicas migratorias.
P ¿Ciudad Juárez debe recordarnos también lo que ha pasado en tráileres en el sureste de México; la trata de personas, las matanzas, los desaparecidos, los esclavos del cultivo, los secuestros, las extorsiones y las mutilaciones de cientos de personas.
ero quién es el responsable del Instituto Mexicano de Migración? Es Francisco Garduño Yáñez, doctor en Derecho y Ciencias Jurídicas por la Universidad del Distrito Federal y maestro en Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, quien fue designado como titular del Instituto Nacional de Migración (INM) en junio de 2019; llegó de enroque para cerrar filas con el secretario Ebrard y el subsecretario Encinas, pero también para relanzar la nueva política migratoria de la 4T, y sobre todo, para atender y dar cumplimento al listado de acuerdos impuestos por el presidente Trump, y así evitar la imposición de aranceles a la importación de productos mexicanos.
El paso del aún titular del INM por la izquierda en México es largo; sin embargo, hay que recordar que su trayectoria está vinculada a cargos en materia penitenciaria; lo mismo fue comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Reinserción Social (OADPRS), como promotor de la reforma penitenciaria del DF.
En otros tiempos, la estancia de Francisco Garduño Yáñez al frente del INM sería insostenible; no solo porque ha sido incapaz de promover políticas públicas de fondo que atiendan a profundidad y con un sentido humano el fenómeno migratorio que vive nuestro país, sino porque ha sido omiso a todas y cada una de las vejaciones que sufren los migrantes, así como a las recomendaciones hechas en abril de 2019 por el Comité Contra la Tortura de la ONU.
Y guste o no, la actuación del INM se agrava día con día a tal nivel que lo que pareció un hecho aislado el pasado 28 de enero de 2021, donde distintos medios de comunicación y sociedad civil señalaban que el INM al más puro estilo carcelario empezó a realizar prácticas generalizadas de aislamiento de migrantes “alojados” en los Centros de Detención; hecho que anticipaba, traería consecuencias graves y tragedias, como la ocurrida en las instalaciones del INM de Ciudad Juárez, donde perdieron la vida cuarenta personas en condición de migrantes.
Cabe decir que los aislamientos violentan los tratados internacionales firmados por México, así como los artículos 70 y 71 de la Ley Migratoria, que establecen que el Estado debe “garantizar que las personas detenidas gocen en la práctica de todas las salvaguardas fundamentales desde el inicio de su privación de libertad, en particular: el derecho a ser asistidos sin demora por un abogado y a recibir asistencia letrada gratuita en caso de necesidad; a requerir y tener acceso inmediato a un médico independiente”, y a los procedimientos debidamente establecidos para que las asociaciones civiles y religiosas puedan brindar ayuda humanitaria.
Es de tal calado esta nueva vejación contra las personas migrantes por parte del INM, que no discutir con seriedad y responsabilidad sobre lo que está sucediendo en México ante el fenómeno migratorio, sencillamente nos lleva a que Ciudad Juárez sea declarado un crimen de Estado; ello, como consecuencia directa de un círculo al dogma fiel.
Ciudad Juárez debe recordarnos también lo que ha pasado en tráileres en el sureste de México; la trata de personas, las matanzas, los desaparecidos, los esclavos del cultivo, los secuestros, las extorsiones, las mutilaciones de cientos de personas que se niegan o no tienen cómo pagar un rescate a manos del crimen organizado, todo ello y más es la deshumanización del derecho a migrar en nuestro país.