Marinos despiertan a Quecholac
Realizaron un operativo para buscar a un líder huachicolero
QUECHOLAC, Pue.- Alrededor de las cuatro de la mañana, Rosa María corrió al cuarto de su hijo para despertarlo junto con su nuera y su nieta de apenas un año de edad y ponerlos en alerta. Tomaron la decisión de protegerse en una camioneta pick up negra blindada que se encontraba en la cochera; creyeron que se trataba de un robo en su domicilio, en la junta auxiliar de Palmarito Tochapan: era personal de la Secretaría de Marina cateando dos inmuebles, en la calle donde el edil electo vive, con una orden de aprehensión contra un presunto líder huachicolero.
"Escuché ruidos extraños en la puerta de mi domicilio (sobre calle 8 Norte) y al revisar las cámaras de seguridad noté que había varios hombres tirados al piso que intentaban abrir la puerta con un objeto e impactos de arma de fuego", cuenta Rosa con heridas evidentes en el rostro.
La empresaria hortícola menciona que los hombres se identificaron como marinos. "Dentro de la camioneta, con los seguros abajo, todos los hombres nos apuntaban con sus armas, nos amenazaban de muerte a mí y a mi familia si hacíamos caso omiso a las órdenes. Uno de los sujetos disparó al parabrisas del lado del copiloto, donde se encontraba mi hijo. El blindaje lo salvó, pero ellos seguían aferrados y nos lanzaron gas lacrimógeno".
En el patio aún se encontraban los artefactos y casquillos de arma de fuego de grueso calibre, prueba de los acontecimientos, mientras le pedían bajara del vehículo y les entregara "una memoria USB" con las grabaciones de la incursión.
Los marinos encontraron las llaves de la camioneta y al abrirla encañonaron tanto a Rosa María como a su nieta. "Le apuntaron a la bebé, dijeron que si no descendía de la camioneta la matarían; por temor, bajé y fui obligada a llevarlos a donde se encontraba el sistema de videovigilancia". Era en la habitación de la víctima donde se situaba el mando de las cámaras junto con su monitor, las cuales fueron arrancadas para sustraerlas con el fin de no dejar pruebas del operativo.
En tanto, las chapas de las puertas de la casa de un vecino vendedor de tortillas fueron forzadas para ingresar a la vivienda. El hombre de familia fue amarrado de pies y manos para que no opusiera resistencia. "Mi hijo nos habló por teléfono, dijo que había varios hombres en el patio fuertemente armados, pedía ayuda; en ese momento se cortó la llamada y mi esposa fue a ver lo que estaba sucediendo", narra el padre de la víctima, enfurecido por los hechos.
A él también le fueron arrebatados documentos oficiales y dinero en efectivo de la venta de su negocio; la vivienda presentaba un desorden total y algunos muebles removidos y con el vidrio de la puerta destrozado.