Le apuestan a la tecnología
2011
Desde Computer Aid International, ONG con presencia global, inició el proyecto de desarrollar este tipo de aulas sostenibles para el servicio de comunidades de escasos recursos alrededor del mundo, por lo que desde entonces se han entregado más de una decena de laboratorios.
En dichos espacios destaca que la arquitectura, muebles, el interior y el arte del Laboratorio Solar de Aprendizaje diseñados para crear un ambiente incluyente e inspirador, además de aprovechar la entrada de más luz natural.
Toda la tecnología ha sido desarrollada para potencializar todas las habilidades del siglo XXI que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha enaltecido para que los niños posean herramientas que les permitan crear un mejor futuro.
SOSTENIBLE
Estos laboratorios sostenibles tienen paneles de 2.4 KW que alimentarán de energía a todas las computadoras y equipos al interior del laboratorio.
Los 10 equipos de computación Dell Thin Client que se donaron para implementar el laboratorio en San Mateo Atenco, cuentan con tecnología de energía eficiente y consumen menos de 25 watts, lo que los vuelve eficientes al compararlos con los 150 watts de una computadora común.
ENERGÍA SOLAR
La energía solar es una energía renovable, obtenida a partir del aprovecha miento de la radiación electromagnética procedente del sol y desde hace años existe un movimineto para aprovecharla al máximo.
El calor y la luz del sol puede aprovecharse por medio de diversos captadores como células fotoeléctricas, heliostatos o colectores solares, pudiendo transformarse en energía eléctrica o térmica. Es una de las llamadas energías renovables o energías limpias, que podrían ayudar a resolver algunos de los problemas más urgentes que afronta la humanidad.
Las diferentes tecnologías solares se pueden clasificar en pasivas o activas según como capturan, convierten y distribuyen la energía solar. Las tecnologías activas incluyen el uso de paneles fotovoltaicos y colectores solares térmicos para recolectar la energía.
Entre las técnicas pasivas, se encuentran diferentes técnicas enmarcadas en la arquitectura bioclimática: la orientación de los edificios al sol, la selección de materiales con una masa térmica favorable o que tengan propiedades para la dispersión de luz, así como el diseño de espacios mediante ventilación natural.