Réquiem por Tijuana
Tijuana es la sexta ciudad más poblada de nuestro país, tiene casi dos millones de residentes; configura la zona trasnacional más grande del mundo con Rosario, Tecate y San Diego. Cincuenta millones de personas usan el cruce internacional anualmente, 300,000 cada día, el cruce San Ysidro es el más transitado del planeta. Tijuana es meca cultural, convoca arte y artistas; sede de empresas e industrias trasnacionales, pero, Tijuana es crisol de historias, unas cotidianas, otras extraordinarias. En esta última categoría se inscriben los relatos contenidos en Réquiem por Tijuana.
LA TIJUANA
de Néstor Robles se finca en una tierra de violencia, música y lo sobrenatural. A lo largo de tres movimientos —Voraz, Crónicas de Montezul y Réquiem por Tijuana—, el lector se vuelve testigo y víctima de hombres lobo, vampiras, caníbales, autómatas, locos, seres de otra dimensión, devoradores de historias, portales secretos, asesinos por naturaleza, infecciones inexplicables, escritores frustrados, en fin: el Apocalipsis.
RISUEÑA Y MISTERIOSA
En este universo la ficción se confunde con la vida: la literatura imita a una realidad terrorífica y sobrenatural: la única que parece poder explicar la violencia y la locura desenfrenadas y sin sentido de la que los habitantes de esta ciudad son víctimas y victimarios. Réquiem por Tijuana es la muerte y la transformación, la transición hacia el mundo de las bestias. Y, de fondo, es la música —Dylan, Grateful Dead, Lennon, Townshend, Young— que seguirá aún después de que desaparezcamos, como una amarga balada: el eco de nuestra violenta extinción. Editado por Paraíso Perdido, disponible en librerías virtuales.