El huevo cósmico
Todavía no se sabe cómo surgió el universo, aunque existen varias teorías al respecto. Quizá la más conocida es la de la Gran Explosión (The Big Bang Theory en inglés). La primera mención a esta singular propuesta es atribuida a Georges Henri Lemaître –fallecido el 20 de junio de 1966–, quien en 1927 publicó un artículo en el que resolvió las ecuaciones que Einstein había construido para conocer la forma que tiene el cosmos y de ahí dedujo que éste se estaba expandiendo.
Al parecer este hallazgo lo llevó a postular la existencia de un "huevo cósmico" o "átomo primigenio" del que surgiera todo el infinito que conocemos.
La teoría del la Gran Explosión sugiere que este huevo cósmico era en realidad una "singularidad del espacio-tiempo"; es decir, un punto opaco e infinitamente pequeño, que concentraba toda la materia que posteriormente dio lugar a la creación de todas las galaxias, grupos galácticos, clústeres, superclústeres, etc., que forman actualmente el universo. El átomo primigenio detonó de pronto en una gran explosión que, luego de unos cuantos instantes, comenzó a expandirse para ocupar todo el espacio que conocemos.
Expansión que continúa hasta nuestros días. La teoría cosmogónica de la Gran Explosión ha podido explicar con éxito muchos de los hechos que han sido observados experimentalmente por los astrofísicos, como el de la propia expansión del universo, la existencia de la radiación de fondo, el proceso de formación de los elementos químicos y el enfriamiento de la materia original.
Sin embargo, han surgido incógnitas que empañan esta propuesta para el nacimiento del cosmos pues demanda, por ejemplo, la existencia de materia y energía oscuras que aún siguen sin detectarse. Otras de las dudas que aún se ciernen sobre la solidez de la teoría de la Gran Explosión tienen que ver con dos aspectos.
El primero radica en las suposiciones que se requiere hacer para explicar algunos de los procesos de interacción entre partículas subatómicas, que debieron ocurrir en aquel entorno extremo inicial, mismo que difícilmente se podrá reproducir en un laboratorio para saber si son posibles o no.
Y la segunda reside en que en los primeros instantes luego de la explosión del átomo primigenio, la densidad de materia era impenetrable por la luz y por ese hecho no podemos obtener información acerca de esos momentos iniciales del cosmos.
Si bien estas aparentes carencias de la teoría de la Gran Explosión no implican necesariamente que sea incorrecta, sí infunden dudas razonables que han hecho pensar que pudiera estar incompleta.
Por este motivo muchos otros científicos han planteado ya nuevas teorías para el origen de nuestro universo... y así, la luz se ha hecho.