Genéricos
La palabra no era de uso común, se usaba por los estudiosos, científicos, ahora, cada vez más se escucha, sobre todo en las farmacias al pedir un medicamento, "perdone este medicamento no tiene genérico". Cuando se empezaron a hacer populares los genéricos, corrían una serie de rumores, acerca de que "los genéricos no servían" de que "las dosis no correspondían a lo señalado en la etiqueta".
Hasta ahora los medicamentos genéricos van ganando terreno en la confianza de la población, sólo que existe una posibilidad de que se favorezca de nuevo a las empresas farmacéuticas que producen medicamentos de patente, rezagando a los genéricos.
En el Senado de la República se ha presentado una propuesta al anteproyecto de la Ley de Protección a la Innovación Industrial para incorporar un candado que da garantía de preservación de patentes de entre tres y ocho años más a las grandes farmacéuticas, más años a las empresas extranjeras, evitando que los genéricos no puedan usar la información de la patente, sino hasta que venza la misma.
Desde el uso de la herbolaria hasta el uso de los medicamentos de patente, existen muchas razones para ello, pero en la actualidad existe una fundamental: el alto costo de los medicamentos. Es verdaderamente imposible surtir una receta.
Debido al aumento de la pobreza, ante la disminución de la clase media que ha sufrido cada vez más ataques, el aumento del desempleo, la falta de oportunidades de trabajo, el aumento de padecimientos crónicos y costosos, de padecimientos nuevos e incurables.
Al dejar de apoyar a los medicamentos genéricos se demuestra un total desconocimiento de la realidad, un menosprecio a las clases más necesitadas, una sordera política a las voces que claman apoyo real a la necesidad más apremiante que es la atención a la salud.
Ojalá exista en los legisladores sensibilidad social, sentido común, compromiso y congruencia entre lo que prometen y hacen para beneficio de la mayoría de mexicanos.