Hubo feliz regreso a las salas de cine
El público siguió el protocolo sanitario, no hubo algunos después de meses de encierro
“¿Dónde crees que estoy? ¡Adentro del cine, en la sala VIP! No he visto cuales están, pero pues la que haya, ¿no?”, le dice Angélica Miyán a su hijo en mensaje de voz. Junto a otra de sus hijas, Angélica fue una de las primeras asistentes a la reapertura de cines en la Ciudad de México, que ayer retomaron operaciones tras permanecer 140 días sin actividades por la contingencia sanitaria.
Fue desde el 24 de marzo que Angélica no recorría los pasillos con los posters de las películas de temporada. “Yo estaba aquí cuando dijeron ‘ya no va a haber cine’ y casi lloro, oiga. Justo vine el día que se cerraba y regreso el día que abrieron”, dice emocionada y portando un cubrebocas azul.
Antes de comprar su boleto, Miyán de 61 años tuvo que pasar por un filtro instalado en la entrada principal del Cinépolis Universidad que retomó actividades a las 11:56 horas de ayer. El personal le tomó la temperatura, le pidió pisar el tapete sanitizante y aplicarse gel antibacterial en un dispensador automático. Como ella, Eunice Díaz se reencontró con la gran pantalla. Fue una de las pocas asistentes que se animó a comprar palomitas y refresco en la dulcería con toda confianza, donde los dispensadores con salsas, aderezos y verduras lucieron desiertos y no había dulces a granel. “Veo que están tomando las medidas de precaución necesarias, tienen guantes, careta, tapaboca, está limpio y sanitizado. Y estuve leyendo el correo que me mandaron de todas las precauciones que tomaron y por eso me animé a venir”, dice antes de entrar a la sala a ver la película mexicana Amores modernos.
El público llegó al complejo poco después del mediodía. No importaba que las medidas de seguridad sólo permitan estar dos personas juntas: “Vamos a separarnos, vamos a estar mi hijo y yo juntos y él en otro asiento”, comentó Lucía Cortés acompañada de su esposo Jesús y su hijo Guillermo.
La Cineteca Nacional también reanudó operaciones ayer. Alejandra Frausto, secretaria de Cultura, fue una de las primeras asistentes. “Yo compré boletos ahorita para ver Retrato de una mujer en llamas”, le dijo a la prensa mostrando su boleto y portando su cubrebocas. La funcionaria precisó que las 10 salas de la Cineteca operarán sólo con el 30% de su capacidad, “un máximo de 600 personas en las salas estarán en este espacio”, recordó la necesidad de reencontrarse con la cultura después de meses de inactividad presencial.