Ídolo del pueblo
El mundo resonó la noticia de que el astro del futbol argentino había muerto en una colonia popular de Buenos Aires, a la edad de 60 años. Los medios informativos dedicaron amplios espacios difundiendo la inesperada noticia –pues estaba enfermo, pero bajo
En todo
Los homenajes que ya se anuncian para inmortalizarlo no tienen parangón con los dispensados a otros futbolistas tan notables como él. El gobierno de su país decretó duelo nacional y empezó a velar sus restos en la Casa Rosada, mansión del presidente de la república, de donde prácticamente fueron arrebatados por una multitud que lo llevó a donde pensaba que correspondía: un barrio popular de Buenos Aires, porque −también hay que decirlo− jamás dejó de ser amigo de los pobres.
Un poderoso equipo de futbol, el Nápoli, en el que Diego militó en sus días de gloria, anunció que cambiará el nombre de su famoso estadio para rebautizarlo estadio Maradona.
España y México guardan también las huellas del gran deportista, en lo que toca, mientras que Inglaterra lo recuerda como un justiciero que vengó en la cancha la derrota de su país en la guerra de las Malvinas. Fue autor de un gol dudoso que él mismo llamó "un gol de la mano de Dios".
En Argentina, ni se diga. Su popularidad era impresionante, casi parte de la identidad nacional, pues hasta existe una religión inspirada en él que lo considera una especie de semidiós.
Nunca pudo ser exhibido como ejemplo edificante para la niñez y la juventud debido a que en su vida personal, que sólo fue de su incumbencia, exhibió debilidades que jamás pudo superar, aunque lo intentó, pero como deportista no hay quien le pise la sombra en el país pampero, con todo y esa prepotente y reconocida falta de humildad de sus coterráneos.
La figura del jugador que conquistó
La figura
del jugador que conquistó en canchas mexicanas, al frente de su equipo nacional, el campeonato mundial de futbol, revela hasta qué punto la gente tiene necesidad de volcar su admiración sobre alguien que reúna ciertas cualidades, sea cual fuere su actividad o profesión. En México, por ejemplo, existen casos como el de Pedro Infante y Cantinflas que, en su momento, fueron auténticos héroes populares. en canchas mexicanas, al frente de su equipo nacional, el campeonato mundial de futbol, revela hasta qué punto la gente tiene necesidad de volcar su admiración sobre alguien que reúna ciertas cualidades, sea cual fuere su actividad o profesión. En México, por ejemplo, existen casos como el de Pedro Infante y Cantinflas que, en su momento, fueron auténticos héroes populares.
Todos los que pertenecen a esa categoría tienen marcados rasgos comunes: origen humilde, niñez complicada, rudos esfuerzos por sobresalir y triunfo final, éxito, fama y riqueza. Reflejan la gloria que otros quisieran para sí… pero que muy pocos consiguen.