Es investigado por negligencia
Leopoldo Luque, el ex médico de cabecera de Diego Maradona, quedó ayer en el ojo del huracán por presunta negligencia en los cuidados del ídolo argentino, fallecido el miércoles a los 60 años de edad, debido a una crisis cardíaca.
La policía allanó la casa y el consultorio de Luque, en búsqueda de documentación probatoria bajo la figura eventual de homicidio culposo, que no significa una acusación para la ley argentina, sino una hipótesis de investigación.
Fuentes judiciales aclararon que esta notificación no implica un llamado a indagatoria ni una medida restrictiva de la libertad, sino que se le informa que es objeto de una investigación.
Decisivas fueron las declaraciones testimoniales de Dalma, Gianinna y Jana, hijas del legendario futbolista, al mostrarse inconformes con el tratamiento que se dispuso en la residencia de Maradona.
En el expediente se indicó que no había un desfibrilador en la casa por si se producía un paro cardiorrespiratorio, en virtud de que Diego Maradona sufría, desde hace 20 años, el aumento en el tamaño de su corazón, lo podía poner su vida en eventual peligro.
“¿Quieren saber de qué soy responsable? De amarlo, de cuidarlo, de extenderle la vida y de mejorársela hasta lo último. Era un paciente que hacía lo que quería. Yo lo veía como a un papá y no como a un paciente. Soy la persona que se ocupaba de él. Estoy orgulloso de todo lo que hice. No tengo nada que ocultar. Estoy a disposición de la justicia”, indicó Leopoldo Luque, en conferencia de prensa.