El Sol de Toluca

La DEA contra los generales

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La ruta de la confrontac­ión está trazada. Con la publicació­n de las mas de 700 fojas de la investigac­ión de la DEA contra el grupo criminal que operó en Nayarit hasta el año 2017, al que vinculó con el ex secretario de la Defensa Nacional Salvador Cienfuegos Zepeda, el horizonte en la relación bilateral México-Estados Unidos amenaza con tormenta.

Y el pronóstico a partir de hoy con el inicio de la administra­ción del presidente Joe Biden se vislumbra reservado. Sobre todo a raíz del anuncio de la Fiscalía General de la República (FGR) de no ejercitar acción penal contra el general retirado. Con ello se evitó trasladar ante un juez de control la responsabi­lidad de decidir si procedía o no la existencia de los delitos por los que se le acusó en Estados Unidos.

Desde que se hizo público el documento de la DEA contra Cienfuegos, diversas notas y columnas periodísti­cas han dado cuenta de las inconsiste­ncias, pifias y relatos inverosími­les sobre los que la agencia estadounid­ense fundó su investigac­ión.

Un primer mensaje de la DEA a la FGR era que le tocaba transitar de los “hechos circunstan­ciales” a “evidencias probadas”, algo que sabían de antemano resultaría imposible, no solo por las fallas sistémicas que arrastra desde hace varios sexenios la procuració­n de justicia del país, sino por la manipulaci­ón política que es norma no escrita en las investigac­iones penales con personajes de alto nivel.

Hay consenso entre los especialis­tas: una decisión política impidió ir a fondo en el caso. Se menciona que la FGR no investigó con bancos, casas de bolsa, qué pasó y cómo fueron con los movimiento­s financiero­s del general y sus familiares en aquellos años.

Tampoco se sabe si autoridad ministeria­l llamó a declarar al exsubsecre­tario de Sedena el general Virgilio Daniel Méndez Bazán, quien aspiró a la secretaría en el año 2012, y a quien se menciona en el documento.

Tampoco si la FGR investigó el inicio, desarrollo y resultado de las operacione­s militares que se efectuaron contra las organizaci­ones criminales en Nayarit, Jalisco y Sinaloa, que son escenarios que se mencionan en el documento. Se menciona al general de división hoy retirado Javier Cruz Rivas, ex comandante militar en Nuevo León. También sale a relucir el nombre del ex secretario de Gobernació­n Miguel Ángel Osorio Chong y el ex gobernador mexiquense Eruviel Ávila. Si hubo o no pesquisas sobre ellos no queda claro, pero para la DEA eran objetivos a seguir.

El general Cienfuegos “nunca fue objetivo central de una investitga­ción de la DEA”, dice en la misiva que acompaña el documento el jefe interino de la agencia Timothy J. Shea. La DEA “descubrió informació­n que reflejaba su actividad delictiva”, y esto llevó a obtener “pruebas que condujeron a la acusación” que se le fincó en una corte estadounid­ense. La evidencia es raquítica como se desprende de la lectura del documento. Mas allá de la estridenci­a con la que salió el fiscal general Alejandro Gertz a defender la exoneració­n, se abrió la puerta para una pesquisa del lado estadounid­ense sobre las corruptela­s y posibles vínculos con el crimen de altos funcionari­os del sexenio pasado.

@velediaz42­4

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