Desempleo por Covid y los malos salarios dañarán a México
Menuda deshidratación amenaza a los candidatos que recorren las comunidades, escuchando a la gente y proponiendo soluciones de acuerdo a sus plataformas políticas y las necesidades de las personas, particularmente en el norte, donde me encontré al Güero, recorriendo y escuchando.
Saber que muchos individuos están sin empleo, que fueron despedidos en la pandemia y no hay solución a su problema, es doloroso. Hay quienes ganan la mitad de lo que recibían, trabajando sin contratos, sin seguridad social, sin vacaciones. Todo por la necesidad de alimentar a sus familias, mientras muchos empleadores ven la oportunidad de pagar menos y ganar más.
Charlé con el procurador de la Defensa del Trabajo en el Estado de México, Miguel Angel Terrón, por la situación del incremento en los casos por Covid-19 y su impacto en las relaciones laborales.
Comenté lo desamparados que están los trabajadores que laboran sin un documento oficial que los proteja, sin prestaciones, ganando la mitad del salario mínimo y ante las lagunas legales que dan pocas posibilidades de ganar un pleito a los empleadores.
Subió el gas, la luz, los productos alimenticios, la prestación de servicios y un minisueldo de 400 pesos a la semana, no alcanza para una familia de dos hijos que estudian, se transportan, comen, visten y son menores de 15 años.
Terrón me informó el gran esfuerzo que hace el gobierno estatal para proteger y dar oportunidades a los trabajadores en medio de la crisis provocada por el coronavirus.
Algunos jóvenes han dejado de estudiar porque no pueden pagar la inscripción a su escuela y no tienen internet. En sus comunidades no hay servicio, salvo por smartphones, y ante su costo, las mamás
optaron por sacar a uno de los hijos de la escuela y dejar que el otro estudie.
La crisis mundial provocada por Covid-19 en la salud, el trabajo, la industria, la seguridad, la familia, la educación, nos obliga a ser mejores como seres humanos, generosos ante el débil, resilientes ante las amenazas, amorosos con todos, proactivos ante el desequilibrio ambiental que acrecienta el hambre y las enfermedades.
El trabajo es un derecho, recalcó Miguel Angel Terrón, y bien remunerado y ejercido, es fuente de bienestar para los ciudadanos del Estado de México. Quizá un pacto ayude a solucionar las cosas, -comenté-, que no suban los precios básicos, que no se pague menos por un servicio y los patrones sacrifiquen un poco por el bienestar de la mayoría, considerando que a menor precio, buen sueldo y con trabajo, el consumo puede crecer y con ello, las ganancias, pero si el objetivo es ganar más reduciendo salarios y planta laboral, tendremos ciudadanos pobres y menores compras.
México, el cuerno de la abundancia, continúa enfrentándose al peor enemigo de la humanidad: su egoísmo, capaz de cambiar medicamentos por agua, corromper a las autoridades, asaltar a diestra y siniestra, promover la inseguridad y el crecimiento de los carteles, procurando la destrucción del planeta a largo plazo.
Trabajemos por un México fuerte y generoso en la era pos-pandemia.